Tuesday 19 de March de 2024
#WEEKEND | 15-10-2018 11:30

Tarariras: un solo nombre para 7 especies

Científicos argentinos que clasificaron a este pez presente en nuestro país sorprenden al decir que en realidad no hay Hoplias malabaricus y le dan la bienvenida a la Tararira Argentina.
Ver galería de imágenes

El hallazgo mundial de un grupo de científicos argentinos corrige viejos errores de clasificación y determina que la Argentina tiene al menos siete especies de tarariras. Además establece que la llamada Hoplias malabaricus, nombre que le asignamos a las tarariras más comunes en el país, en realidad no es una tararira argentina, sino que en nuestro país la especie más frecuente y numerosa es la Hoplias argentinensis o Tararira Argentina. Tras la divulgación en publicaciones científicas que legitiman el hallazgo en agosto, Weekend es el primer medio en informar los pormenores detallados de este descubrimiento.

El conocimiento actual que tenemos sobre las tarariras de Argentina deriva del trabajo de más de 10 años de varios investigadores de las universidades nacionales de Mar del Plata, La Plata y Buenos Aires, en conjunto con el CONICET y las fundaciones Félix de Azara y Bosques Nativos Argentinos para la Biodiversidad.

Juan José Rosso es investigador de carrera del CONICET y pertenece al grupo de “Bio-taxonomía molecular y morfológica de peces”, que estudia las diversidad de especies en peces de aguas continentales y marinas perteneciente al Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

En 2010 nace un proyecto mundial en el que varios institutos del mundo se unen para hacer una suerte de biblioteca actualizada de datos genéticos de peces, con la finalidad de echar algo de luz sobre algunas especies de las cuales se conocían sus problemáticas. En esa cruzada se une Rosso a través del instituto donde se desempeña y empezó un raid de muestreos de especies por las grandes cuencas de los ríos del país. “En esos estudios hubo varios llamados de atención con respecto a la identidad de las tarariras de la Argentina. Particularmente las especies colectadas en algunos ríos de Misiones y Formosa tenían notorias diferencias anatómicas entre sí y con otras ya conocidas. Ahí confrontamos esto con las Hoplias Malabaricus, clasificación que le dio a nuestras tarariras el médico alemán Bloch, allá por 1794. A la evidencia taxonómica observable a simple vista, le sumamos evidencia genética, que nos dio soporte para aseverar que se trataba de tarariras diferentes”, dijo Rosso.

Ese fue el sustento para estudiar todas las especies de tarariras de la Argentina, en un estudio abarcativo donde se interrelacionaron varias universidades y grupos de investigación. En el transcurso del muestreo para ese estudio, un grupo de científicos platenses describe en 2015 la Hoplias mbigua. A los pocos años el grupo al que pertenece Rosso sumó a ese hallazgo la descripción de la Tararira misionera (Hoplias misionera) y la Hoplias argentinensis o Tararira Argentina, que es la más difundida en nuestro territorio y muy probablemente también en buena parte del Uruguay.

Las diferencias

Por tarariras se conoce genéricamente a un grupo de peces carnívoros, sedentarios, territoriales y con cuidado de sus crías que viven en América del Sur y Central, y pertenecen a una familia de peces que se llama Erythrinidae. Existe un total de 19 especies de tarariras, de las cuales siete habitan en la Argentina. Las diferentes especies de tarariras tradicionalmente se clasifican dentro de tres grupos: las tarariras ñatas, las del grupo Hoplias lacerdae y las del grupo Hoplias malabaricus. Todas estas especies se pueden diferenciar bien por varias características anatómicas que aquí presentaremos.

Las tarariras ñatas que habitan en aguas argentinas son la Erythrinus erythrinus y la Hoplerythrinus unitaeniatus. Estas dos especies son muy poco frecuentes en las cañas de pescar pues tienen un tamaño final mucho menor (raramente sobrepasan los 20 cm) que las del género Hoplias, son menos agresivas y además tienen una distribución muy restringida. Se reconocen por un hocico corto y bien redondeado (por eso lo de ñatas) y siempre tienen menos de 35 escamas a lo largo del eje longitudinal de su cuerpo (son peces de aspecto más corto). La Hoplerythrinus unitaeniatus posee, además, un lunar y varias franjas de color negro en su cabeza.

Las tarariras más conocidas por los pescadores son las que pertenecen al género Hoplias. Dentro de este grupo encontramos cinco especies en la Argentina: dos pertenecientes al grupo Hoplias lacerdae y tres al Hoplias malabaricus. Para diferenciarlas, primero se debe observar la forma de las mandíbulas desde una vista inferior. Las tarariras del grupo Hoplias lacerdae presentan ramas de las mandíbulas casi paralelas (formando un “U” invertida), mientras que en las del grupo Hoplias malabaricus las ramas tienden a juntarse hacia la boca formando un “V” o una “Y” invertida.

En nuestro país el grupo Hoplias lacerdae está conformado por la tararira azul gigante (Hoplias lacerdae) y la tararira austral (Hoplias australis). La azul gigante suele alcanzar el metro de longitud y es muy frecuente en la cuenca del río Uruguay. Su presencia en la baja cuenca del Paraná está sostenida solo por un único registro fotográfico.

Contrariamente, la tararira austral está confinada al tramo superior del río Uruguay, en Misiones. Para diferenciarlas se puede observar la forma del hocico (redondeado en la tararira austral y en punta en la azul). O, con un poco más de paciencia y detalle, se pueden contar las escamas a lo largo de la línea media del flanco: entre 44 y 48 para la azul y no más de 43 la austral.

El hallazgo

De las tres especies del grupo Hoplias malabaricus presentes en la Argentina, paradójicamente ninguna es en realidad Hoplias malabaricus. Esto se pudo comprobar recientemente con evidencia científica basada en estudios genéticos y de taxonomía y, en consecuencia, podemos decir que Hoplias malabaricus no está presente en aguas argentinas. En su lugar, las tarariras que hasta hace muy poco se registraban como Hoplias malabaricus para nuestro país, han mostrado ser tres especies bien diferentes que reciben el nombre de Hoplias mbigua, Hoplias misionera y Hoplias argentinensis.

La tararira mbigua (Hoplias mbigua) se caracteriza fácilmente por la coloración de sus mandíbulas y por presentar un perfil dorsal de la cabeza marcadamente cóncavo. En la tararira misionera (Hoplias misionera) y la tararira argentina (Hoplias argentinensis), las mandíbulas no tienen esas bandas marrones tan nítidas y, además, presentan un perfil dorsal de la cabeza bien recto. Finalmente, para diferenciar la tararira misionera de la argentina hay que observar la última fila de escamas verticales sobre la aleta caudal. En la misionera, esta fila de escamas forma una curva muy notoria mientras que en la argentina (también en la tararira mbigua) las escamas sobre la aleta caudal forman una línea recta.

El escenario de tarariras de nuestro país hasta hoy es este. Sin embargo, hay datos recientes que sugieren que no es definitivo. “En ese rumbo seguimos trabajando varios investigadores en diferentes universidades e institutos del país, haciendo los estudios necesarios para poder conocer este recurso natural tan valioso. Este primer paso de ponerle el nombre que corresponde a cada especie y saber dónde se encuentra distribuida es la clave para luego proponer medidas de manejo y conservación que aseguren un uso sustentable del recurso tararira en el país. El mismo recurso que hasta hace unos pocos años se creía era sostenido por apenas tres especies pero las investigaciones de los últimos años confirmaron que está conformado por al menos siete diametralmente diferentes. Y pueden ser más, porque todavía nos quedan algunos peces con caracteres raros por estudiar”, se entusiasma Rosso.

Un dato interesante es que el pescador deportivo podría llegar a ser incluido en los aportes a la ciencia: “Son los observadores primarios del recurso. Quiero implementar un Proyecto de Ciencia Ciudadana para que nos hagan llegar fotos de todo el país que deben ser tomadas de acuerdo a pautas que les daremos y que serán un material valioso de zonas remotas, que sin dudas aportarán a futuros estudios”, concluye Juan José Rosso.

Nota completa en Revista Weekend del mes Octubre de 2018 (edicion 553)

También te puede interesar

Galería de imágenes

En esta Nota

Wilmar Merino

Wilmar Merino

Comentarios

También te puede interesar

Más en
Mirá todos los autores de Weekend