Con precios que oscilan entre los $ 1.900 y los $ 13.000 por tramo (según el destino), viajar en una aerolínea low cost es una experiencia más que atractiva para el bolsillo. Por supuesto que habrá cargos extra si se despacha valija, si se desea tomar algo adentro de la aeronave o contratar los servicios de transporte desde y hasta el aeropuerto de El Palomar (uno de los más antiguos de la Argentina). Para aquellos que todavía no vivieron la experiencia, acá contaremos paso a paso cómo es.
En principio hay que tener en cuenta que las low cost en la Argentina sólo hacen cubren distancias de cabotaje o a países limítrofes, con lo cual los vuelos no superan las dos horas. De esta manera, quizás no haga falta comer a bordo y, aunque todos los asientos son iguales, es poco tiempo como para sentir gran incomodidad. Pero también tienen la posibilidad de comprar una bebida caliente al sacar el pasaje por $ 90 (todo se hace on line) o adquirirla a bordo.
Viajes de último minuto
Otro de los temas que parece molesto es llegar hasta el Aeropuerto de El Palomar, distante 27 km del centro porteño. Ahí empieza la experiencia low cost porque, como ocurre con Aeroparque, el colectivo y el tren nos dejan a tres cuadras de la entrada al predio. En este caso, las líneas 53 (sale de La Boca) y 123 (sale de Chacarita), además del ferrocarril San Martín desde Retiro. Opté por tomar el rápido del 53 en la estación Constitución que, por $ 38 me dejó en apenas 40 minutos casi en la puerta. Luego se camina con tranquilidad y seguridad (aunque deberían mejorar la señalización) hasta la entrada parquizada del aeropuerto. Sorprende ver allí un food track para comer mientras se espera la hora de la partida. Una vez adentro, sólo hay que ir al mostrador si se despachan valijas; si no, simplemente con el pasaje impreso o desde una imagen del celular, escanean el código de barras y se ingresa a la sala de espera previo paso por el detector de metales.
Despachar la valija: ¿sí o no?
Viajaba por Flybondi a la nueva ruta brasileña: Porto Alegre, así que me tocó hacer migraciones y, por ser vuelo internacional, llegar 3 horas antes de la partida. Lo que más sorprendió es que todos los empleados de la compañía nos tutearan (incluso cuando hablan por los altavoces) y que al hacer el control antes de subir al avión me llamaran por mi nombre para darme las indicaciones. Un contexto amable siempre ayuda.
Servicios y estrategias de las low cost
El avión (un Boeing 737), tiene todos los asientos iguales, en filas de a tres y reclinables. Las azafatas se encargan de que subamos y nos acomodemos rápido, evitando así las demoras a la hora de poner las valijas en los compartimentos superiores. El vuelo fue tranquilo y bastante rápido si se piensa que arribamos a una populosa ciudad del sur de Brasil en una hora y media. Y sólo pagué un poquito más de $ 6.000.
¿Cuál es el secreto de estos precios?
Según Eduardo Gaspari, Director de Operaciones de Flybondi, son varios los factores que ayudan a que tengan tan buenas tarifas con sus cinco aeronaves (que cumplen con las 22 rutas): “El avión tiene que estar volando, cuando más tiempo está en tierra menos productivo es”. Así que la máxima utilización de las aeronaves es fundamental, para lo cual tienen un único modelo de avión el Boeing 737-800, todos con 189 asientos iguales. “Los canales de venta son 100 % digitales y El Palomar es nuestra base de operaciones. La venta a bordo es servicio propio al igual que el de rampas. Además, el 20 % de nuestros pasajeros usa las rutas que no pasan por Buenos Aires, lo que nos da una mirada más federal”.
Entre los proyectos para el 2020, con dos años cumplidos en operaciones, completa Lucía Ginzo, Directora de Comunicaciones Corporativas de la compañía, revela que la incorporación de nuevas rutas está atada a la evolución de la economía argentina, que es uno de sus aspiraciones al igual que fomentar el crecimiento en cantidad de pasajeros. Y la ejecutiva no puede dejar de destacar que apuntan “a un pasajero que, en su mayoría, no viajaba en avión o lo hacía en escasas ocasiones por una cuestión de tarifa. Hoy pueden hacer miniturismo y romper con la estacionalidad de las vacaciones; hay más personas viajando que en los años anteriores, además de un montón que no accedía a volar y ahora puede, aprovechando la gran cantidad de fines de semanas largos que tendremos este año”.
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