En 1817, la alpinista inglesa Henrietta Carstairs se convirtió en la primera persona en escalar el cerro carioca del Pan de Azúcar. Para celebrar su logro, la pionera clavó una bandera de su país en lo alto del morro que en aquel momento era un desafío sólo accesible para deportistas valientes. Tras la instalación del teleférico (Bondinho) -a comienzos del siglo XX- más de cinco millones de personas visitaron el monumento natural conformado por los dos cerros icónicos de Rio de Janeiro. Pero a partir de este año, los visitantes tendrán una nueva opción para disfrutar de sus encantos: una tirolesa de 755 m entre ambos cerros, con cuatro líneas que permitirán un recorrido de menos de un minuto a una velocidad de 100 kilómetros por hora.
La atracción comenzará a funcionar en noviembre, cuando el Bondinho cumpla 110 años de vida. “Será la más bonita del mundo; no la más larga ni la más rápida, pero sí la más bonita”, adelanta Sandro Fernandes, presidente de la empresa que administra el acceso al monumento. El proyecto aún depende de trámites burocráticos, pero prevén que estará disponible para los visitantes antes de fin de año y así ofrecer una nueva perspectiva a quienes quieran admirar el paisaje carioca, con una panorámica de la Bahía de Guanabara.
Para Sílvio Nascimento, presidente de EMBRATUR, “el Pan de Azúcar es una postal, un símbolo del turismo mundial, como tantos otros hitos icónicos en todo el planeta. Es un regalo de los cariocas a los visitantes, brasileños y extranjeros; y esperamos que la tirolesa atraiga a más personas a la ciudad para vivir una experiencia única y emocionante”.
Inaugurado en 1909, el teleférico del Pan de Azúcar fue el primero de Brasil y el tercero del mundo. Actualmente es el más antiguo en funcionamiento a nivel global y de ser un punto turístico se ha convertido en un polo gastronómico y de entretenimiento, con shows y eventos en vivo de día y durante la noche.
Desde la cima de los dos morros es posible admirar el deslumbrante paisaje urbano que incluye la playa de Botafogo, la costanera de Copacabana y la entrada de la Bahía de Guanabara. En el verano, el anfiteatro ubicado en la cumbre del cerro de Urca es escenario de conciertos y actividades de entretenimiento, cuando la agitación nocturna se suma a la belleza del paisaje y se despliega un show de luces en homenaje a la ciudad.
Fuente: Daily Travelling News.
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