Concepción del Yaguareté Corá, a 150 km de la capital correntina, es el portal cultural a los esteros. ¿Por qué? Porque además de ver yacarés, carpinchos, aves y poder caminar sobre embalsados (alfombras flotantes de vegetación que se mueven lentamente sobre el agua) existe la oportunidad de hacer actividades que no hay en otros lugares del Iberá.
Para más datos, Concepción pertenece al Gran Parque Iberá, que incluye un parque y reserva provinciales y uno nacional. Son 700.000 hectáreas de naturaleza protegida, biodiversidad en buen estado de conservación y, por lo tanto, la garantía de que en el Iberá “sí o sí” se ve fauna. Pero en este portal hay algo más: se pueden vivenciar las tradiciones. Sí: estamos en el corazón de la naturaleza y cultura ibereñas.
Las rutas están en buen estado y despejadas, así que vamos tranquilos desde el aeropuerto hasta este pueblo que durante años se llamó Concepción a secas, hasta que hace un tiempo recuperó su nombre completo que hace referencia a los corrales (corá) de yaguaretés, debido a la gran presencia que este felino tenía en la zona.
Este “volver a su identidad” es parte de toda una iniciativa que abarca tanto la recuperación de la naturaleza nativa (ver recuadro) como de su cultura, entendida como un conjunto de saberes que van desde la comida y artesanías tradicionales en espartillo hasta el uso de la canoa a botador (una tacuara larga para navegar los esteros, al estilo gondolero). Es por eso que además de realizar actividades de ecoturismo, como avistaje de fauna y caminatas en la naturaleza, también se puede visitar el Centro de Interpretación (justamente para comprender un poco más al Iberá), el Museo Histórico y el de la Pilarcita, relacionado con las creencias locales.
“Estamos orgullosos de nuestra tierra, de todo lo que tenemos, y queremos mostrarlo a todo el que llegue, así que estamos preparados para recibirlos con toda la hospitalidad que nos caracteriza”, dice con énfasis Ayelén, guía de turismo y gran difusora de la cultura de su pueblo, mientras nos ofrece una chipa a modo de bienvenida.
Un camping distinto
El Portal Carambola se ubica a 27 km del pueblo y allí está el camping Carambolita, de entrada gratuita y con características muy interesantes. Primero, hay senderos de monte para recorrer, es decir que no es simplemente un camping como todos conocemos, sino que desde el vamos está pensado para disfrutar y cuidar la naturaleza. al punto tal que se construyó un puentecito sobre las raíces de un árbol para que el pisoteo no las dañe.
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Además de estos senderos, hay pasarelas elevadas sobre el agua para poder ir de un lugar a otro con facilidad y disfrutar de esteros y pastizales. Otro distintivo es que hay plataformas o decks para ubicar las carpas, que cuentan con ganchos que facilitan la ubicación de los tirantes. La propuesta se complementa con quinchos con parrilla y baños (algunos de ellos secos, para cuidar el ambiente) hiperprolijos para disfrutar de verdad de la estadía.
Muy cerca se ubica el puerto Juli-Cué, desde donde parten las actividades náuticas y la pesca. Se puede hacer kayak y paseos en lancha, que duran según lo que cada turista quiera y que se adaptan a las ganas y necesidades. También hay excursiones de pesca con devolución de todo el día y donde lo que más sale son dorados y palometas. Todas las actividades sin excepción se deben realizar con un guía local, de lo contrario no pueden hacerse.
Nosotros elegimos el paseo en lancha. Justo nos tocó la hora dorada del atardecer, así que además de ver capinchos concentrados en la dura tarea de comer y comer (y que ni se inmutaban con nuestra presencia), también estuvimos muy cerca de yacarés, chajás y martín pescador. Toda la biodiversidad, el paisaje y el sol que se iba, para nosotros.
Estero adentro
También a 27 km del pueblo está el Puesto Felipe, lugar desde donde se realiza la salida al refugio Lechuza Cua, en el interior de los esteros, donde sólo quedan viviendo siete familias que se dedican a la producción de ganadería en pequeña escala y un lugar del cual sólo se puede salir con canoa a botador o canoa a caballo.
Justamente esto de canoa a botador es lo que distingue al Portal Carambola de los otros portales al Iberá: este tradicional medio de transporte de la gente del estero se ha convertido en un paseo turístico. ¿En qué consiste? En una canoa de madera y de base chata que es empujada por una tacuara larga a través del estero y que se complementa (según los tramos y la profundidad) con la canoa tirada por un caballo que nada justo lo necesario hasta que logra pisar tierra firme. Son estos mismos caballos baqueanos los que acompañan el arreo acuático de ganado cuando hay que vender la hacienda.
En nuestro caso, como había poca agua, repartimos el recorrido entre la canoa, la caminata en el estero (con agua hasta la rodilla) y a caballo. Todo para llegar al refugio, que es un lugar preparado para que el turista, luego de la aventura, descanse un rato, coma y pueda pasear por el lugar. Allí hay un quincho construido a la forma tradicional, con techo de paja colorada, paredes de piri y piso de tierra apelmazada. Ambos pastos se cosechan en la zona y se tarda más o menos dos meses en terminar la construcción. “Los techos duran unos 12 años y las paredes menos, así que hay que ir renovándolas”, nos dice Mingo, nuestro guía baqueano que aún hoy vive en los esteros y que complementa su actividad de cría de vacas Brangus con el turismo.
Además del quincho hay un baño seco (ideal para resolver las necesidades del turismo y del ambiente, muy cuidado y cómodo de usar) y varios catres ideales para dormir un rato bajo un enorme y hermoso timbó que da buena sombra. Eso es lo que hacemos luego de la travesía hasta que está listo el almuerzo con un surtido de comidas “bien de acá”: mbaipy (una suerte de guiso con carnes); kibebe (símil puré de cabutia pero con mucho mucho queso), sopa correntina (como la paraguaya pero con carnes) y mamón con queso criollo. Para tomar, agua muy fría con rodajas de limón y yuyos.
Sobremesa
Nos quedamos largo rato, compartiendo el almuerzo en silencio, escuchando la naturaleza y observando lo que nos rodea. Los pastizales se mueven apenas con la brisa, como acariciando el cielo. De pronto Mingo dice que se va a ensillar los caballos para empezar a volver, así que lentamente nos aprestamos a guardar todo (especialmente
los residuos) para que el refugio quede como si nadie hubiera pasado por allí.
Producción de Naturaleza
- Gracias al trabajo de protección de la naturaleza, hoy Iberá es un ecodestino nacional e internacional. Además de oso hormiguero, mulita y ñandú como se ve en las fotos, desde principio de 2021 nuevamente hay yaguareté, luego de 60 años de estar extinto.
- También existe un proyecto de recuperación del guacamayo rojo, moitú y venado de las pampas. El proceso se conoce como rewilding o producción de naturaleza: devolverle a los ecosistemas las especies que ha perdido debido al accionar del ser humano.
Datos útiles
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Cómo llegar: Concepción del Yaguareté Corá se ubica a 150 km de Corrientes capital, por RN 12 hasta la intersección de Cuatro Bocas, donde se toma la RN 118. El Portal Carambola, se ubica a 27 km del pueblo, por camino de tierra en buen estado.
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Más información: WhatsApp: (03782) 61-0008, @portal_carambola y https://www.facebook.com/dirturconcepcion.delyaguaretecora.3
Alojamiento: en Concepción, @larozadadeliberá, WhatsApp: (0379) 4430 001; en las afueras, Estancia el Tránsito: @eltransitoibera
Comidas y artesanías típicas: @cocinerosdelibera y @artesanosdelibera
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