La zona de la Florida Central, en los Estados Unidos, es un compendio de atracciones poco conocidas ubicadas entre lagos y áreas residenciales. Allí hay un parque de atracciones pensado para todas las edades maravilloso. Se trata de Legoland Florida, hermano del creado en 1968 en Billund, Dinamarca, cerca de la fábrica de bloques encastrables. Y cuando uno entra, imbuido por las épicas animaciones fílmicas de los últimos años, no puede evitar cantar “Everything is awesome” como en la Lego Movie que puso a moverse e interactuar a los característicos muñequitos de la marca.
Pues en este parque ubicado en Winter Heaven con una superficie de 59 ha y 10 años de existencia, está pensado para chicos de 2 a 12 años pero lo cierto es que los adultos no están excluidos. Ya desde las primeras atracciones, como la nueva la Pirate River Quest en la que se va en un bote comandado por un pirata a recorriendo un intrincado derrotero náutico en el mítico Cypress Garden a la búsqueda del tesoro, se convierte en una gran aventura que se mete en un lago de verdad.
Recorriendo las diferentes opciones de entretenimiento que ofrece el sitio, desde una competencia en simulador con el tema del popular Lego Ninjago, durante la cual hay que disparar los Shurikens de Hielo hacia los personajes que aparecen en la pantalla y así obtener una buena puntuación, o subirse a algunas de las cinco montañas rusas que hay, con mayor o menor excitación en su recorrido, se descubre que allí hay mucho para experimentar, visitar, caminar y disfrutar, y todo está incluido en la tarifa de U$S 84 por un día (hay planes para más jornadas) y un combo incluye el acceso al parque acuático y al de Peppa Pig, que está al lado, para los más chiquitos.
Snacks y creatividad
A la hora de comer o tomar un refrigerio, hay varias opciones distribuidas por el parque, casi siempre a modo de food truck en versiones saludables y de snacks, así como primorosas casitas en las que venden helados o platos de cocina rápida. Además, si te comprás el vaso oficial de Coca Cola en el parque, podés llenarlo con la gaseosa y sus sub marcas todas las veces que quieras. Su costo es de U$S 18,27 en la compra individual y, si volvés al parque pasados meses o años, lo podés vovler a usar pagando un suplemento.
Además el parque tiene un área, Imagination Zone, donde se les enseña a los chicos a crear con Lego y todas las herramientas que brinda la factoría danesa, un sector experimental y libre de restricciones. Es muy lindo verlos probar cosas nuevas con la guía de los expertos del lugar.
Una de las cosas más simpáticas que se venden son mini legos que los empleados ubican sobre sus gafetes y que el público lleva e intercambia tanto con el personal como entre sí. Representan los diversos personajes que han replicado a lo largo de los años, desde las profesiones más comunes a los miembros de Star Wars u otras franquicias. Por supuesto que al terminar cada juego hay una mini tienda y además una enorme en la salida para llevarse de todo para armar, así como peluches diversos. Lo más divertido es ver escenas de Harry Potter y las Spice Girls para replicar en casa.
Dentro del parque hay un sector que se llama Miniland (foto arriba) y es donde se recrearon las principales ciudades estadounidenses, con todos sus detalles y opciones de movimiento. Estratégicamente fue cubierto por un moderno toldo, porque es muy grande y de otra manera el sol de la Florida abrasaría a todos los paseantes.
Indefectiblemente la jornada termina en un auditorio ubicado junto al lago para ver las acrobacias de un grupo de avezados deportistas acuáticos que representan a los marineros de un pirata despiadado. Es fantástico ver cómo se desplazan a una velocidad vertiginosa haciendo las locuras menos pensadas sobre esquíes, sin esquíes, subidos uno arriba del otro y hasta con un Flyboard Air, para deleite de los espectadores que, como era de esperarse, serán mojados.
El hotel de los piratas
Al lado de la entrada, por separado está el sector de alojamiento con el Legoland Hotel y el flamante Legoland Pirate Island Hotel. Ni bien entran, los chicos tienen a su disposición bloques para encastrar y entretenerse. Las reservas se manejan de manera digital aunque siempre hay un humano para asistir a los viajeros. Tiene un restaurante muy bien nutrido y una super pileta apta para todo público.
Todo, los pasillos y las habitaciones son temáticos, decorados en el alojamiento más nuevo con impronta pirata hasta en la iluminación, el baño y las paredes. Sin dudas que esto sí está pensado para los chicos, que lo disfrutan muchísimo.
Esta visita conformó un día espectacular, divertido y diverso, en el que los grandes nos sentimos como chicos y con ganas de seguir explorando.
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