Un prototipo de panel solar del tamaño de una caja de pizza (30 x30 cm) ya se encuentra en el espacio con el objetivo de estudiar cómo enviar la energía generada a cualquier parte del mundo en cuestión de segundos.
Avión a energía solar rompe récord de vuelo
Bautizado Módulo de Antena de Radiofrecuencia Fotovoltaica (PRAM), según el estudio publicado en la revista IEE Journal of Microwaves, los científicos están convencidos de que esta herramienta podría ser clave para proveer de energía en lugares remotos de la Tierra cuando no es posible obtenerla de otras formas.
“Hasta donde sabemos, este experimento es la primera prueba en órbita de hardware diseñado específicamente para satélites de energía solar, que podría desempeñar un papel revolucionario en nuestro futuro energético”, comentó Chris De Puma, colider del proyecto PRAM, a CNN.
“Durante el reciente temporal de nieve en Estados Unidos, muchas familias como la mía se quedaron sin suministro eléctrico. Entonces, si tuviéramos un sistema como éste, podríamos redirigir algo de energía hacia allí”, agregó De Puma.
Al espacio con energía solar
Uno de los principales aspectos de este experimento es su ubicación en el espacio ya que, a medida que los aparatos se calientan, pierden eficiencia a la hora de generar energía, por lo que ubicar esta placa solar en un entorno frío como lo es el espacio aumentaría notablemente su capacidad para generar energía.
De hecho, para demostrar este aspecto, una de las pruebas consistió en someter al PRAM a una temperatura cálida constante para comparar después los resultados con otro escenario en el que estuviese situado a 36.000 kilómetros de la Tierra. En ese sentido, en el futuro se espera que el aparato pueda ubicarse a una órbita geosincrónica alrededor de nuestro planeta.
Dado que el panel se encuentra en el espacio y no aquí en la Tierra, no se interpone nada entre él y los rayos del sol. O sea, no hay atmósfera que dificulte la entrada de luz ni limite los rayos que llegan. Es por ello que el dispositivo puede recibir más iluminación de la que recibiría aquí en la Tierra.
Hasta el momento, el dispositivo logró generar alrededor de 10 vatios, cifra que más que suficiente para demostrar las capacidades del panel. Además, al tratarse de un sistema escalable, se pueden crear paneles mucho más grandes que almacenen más energía. Ahora el próximo paso de los investigadores será lograr que el PRAM empiece a enviar a la Tierra esa energía capturada y almacenada.
Si bien según reconocieron se trata de un proceso complejo, es totalmente viable. Su idea es usar un haz de microondas y onda milimétrica para enviar a la Tierra la energía. A su vez, un receptor aquí en la superficie sería el encargado de capturar ese haz de luz y guardar la energía enviada.
“La ventaja del PRAM es que puede proveer de energía a cualquier parte del mundo donde haya una antena receptora y se necesite de manera urgente”, concluyó De Puma.
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