José Seitune vive en San Antonio Oeste, es pescador deportivo y ayer, martes 12 de mayo, tuvo una jornada muy especial dentro de la cuarentena: pudo volver a la playa y ¡pescó los primeros pejerreyes de esta extraña temporada! “Fue una actividad muy linda y muy buena pesca: saqué 90 piezas de las especies manila y blanco. Fue un hermoso día -cuenta para todos los amantes de la este deporte que leen Weekend-. Fueron sensaciones increíbles, de volver a estar en contacto con el mar, las zonas de pesca aquí son muy buenas para la pesca del pejerrey, así como de róbalos y chuchos. Lo mío es específicamente pejerrey. Observé un promedio de 60 piezas por pescador”.
Y esta oportunidad de pescar redundó en muchos beneficios para José: “Más allá de la pesca, el relax con que dormí fue único en mucho tiempo y hoy me levanté con mucha felicidad; mi mente se llenó de imágenes del monte, la arena, la playa, el agua, los pescados. Mi estrés bajó increíblemente; pasé de un estado del nerviosismo y la ansiedad que producen el encierro a sentir una tranquilidad increíble. Mi estrés promedio (controlado desde el celular) bajó de una manera impresionante”.
Los afortunados vecinos de San Antonio Oeste, beneficiados por la decisión del intendente Adrián Casadié de ir flexibilizando las actividades en la ciudad que no tiene casos de coronavirus, “por la salud mental de la gente que está encerrada sufriendo” reconoce José y asegura que los aficionados se cuidaron: “Respetamos el distanciamiento social, pescamos con barbijos vamos un máximo de dos personas por auto. Nos cuidamos entre nosotros para que esto siga bien. Es verdad que la pesca de por si exige el distanciamiento para no enredar nuestras líneas, pero también respetamos a lo demás, usamos tapabocas y acatamos toda la reglamentación. Donde estaba yo seríamos unos 25 aficionados, y en otra playa que se llama Cantera de Saavedra, unos 40. Siempre estamos en contacto para ir viendo que pasa con la pesca en cada zona”.
Pesca: ¿Cómo será la salida de la cuarentena?
Seitune sacó muchas piezas, algunos pejerreyes quedaron para el consumo familiar, otros fueron para los vecinos, “que siempre me piden. No los vendo ni vendí; en alguna oportunidad también he llevado al hogar de ancianos. Como dice un amigo ‘para todo mal, el mar; para todo bien, también’. Y la experiencia de volver a tomar la energía del mar es increíble, !lo bien que hace!” finaliza este fiel lector de Weekend que ayer tuvo un día con menos aislamiento obligatorio y más contacto con la naturaleza. Ojalá pronto todos podamos disfrutar de esta gran pasión que nos hermana.
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