Pescar pejerreyes en pleno enero es un plan que no todos los aficionados disfrutan. Muchos eligen la playa, intentando con la variada, otros prefieren ir por especies estivales como tarariras o lisas y un puñado, no menos importante, siguen viendo correr las boyas a pesar de los días tan calurosos que vuelven bastante difíciles las embarcadas en los espejos de agua bonaerenses. En ese contexto de altas temperaturas, una de las más visitadas sigue siendo una laguna icónica para el cañófilo, hablamos de La Salada Grande de General Madariaga, un ámbito que todo el año cumple y no es la excepción en este mes.
Charlamos con uno de los referentes de La Salada, José Vargas de Urión La Gaby, quien semanalmente nos brinda la actualidad del ámbito junto a otros grandes amigos que operan en la laguna como Jony Burgos. José ingresó este miércoles 3 de enero por primera vez en el año, entrando bien temprano en una jornada donde el calor existió, pero no fue agobiante como otras. Se dirigieron a la zona de Las Conchillas, sector donde advirtieron abundantes bulos, pero se encontraron con un pejerrey que no comía firme. Recorrieron desde allí hasta La Tranquera y la entrada a los laberintos, con muchas corridas, bulos a 2 metros del bote y una ausencia importante de piques.
La alternativa fue la punta de Melón Gil, ubicándose a unos 300 metros de la misma y haciendo un contra garete fueron peinando la zona y probando distintos colores de boyas. Con las combinaciones de rojo y negro, como verde y negro empezaron a obtener capturas, con escasas respuestas con mojarras y mejores con filet de dientudo.
Carpas y pejerreyes a la vera de la 226
Con el correr de la jornada, se levantó viento y el pique que había empezado, se cortó. El agua se fue ensuciando un poco, y eso afectó el rendimiento. Optaron por volver a Las Conchillas, encontrándose con muchísimos dientudos. Se movieron a la entrada de los laberintos, sin mejorar la faena y se la jugaron a entrar a esta zona, un sector donde hace más de 9 meses no lo hacían por el escaso nivel. Muy despacio, con motor a 45° y con tres pescadores, pudieron ingresar. Advirtieron corridas en la entrada, el pejerrey seguía inapetente, pero el haber entrado ya les dejaba un sabor dulce en el paladar, ya que eso quiere decir que la laguna subió al nivel que corresponde, aunque falta lluvia para que se ponga óptima, más teniendo en cuenta la fecha en que estamos y la alta evaporación de agua en el verano. Nos contaba Vargas que la zona cambió mucho, comparando a un año atrás, hay agua nueva en un lugar que había estado totalmente seco, La zona de los juncos quedó prácticamente pelada, con un ojo de agua en el centro de los laberintos. La pesca en este sector se limitó a únicamente bagres.
El primer round de la temporada estival fue duro, el pejerrey salió ganando, pero se venían más entradas durante la semana para poder encontrarle la vuelta al pique. Hoy, fue derrota, pero la revancha la tenían a la vuelta de la esquina en un ámbito donde otros colegas no encontraron el pique pero coincidieron en la abundancia de la especie.
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