Pocos peces de nuestra cuenca pueden lograr desarrollarse en grandes tamaños y pesos como el patí, que llega hasta el metro de largo y puede superar los 20 kg en su etapa adulta. Dar con él, suele ser un desafío, ya que habita las zonas más profundas, donde se siente protegido y sin depredadores naturales a la vista, reinando por sobre las otras especies de las que prácticamente se sirve a su antojo para alimentarse. Sus largos bigotes le sirven para leer el rio a través de turbidez del fondo y, aunque parezca lento, tiene una gran capacidad natatoria, moviéndose con velocidad cuando caza y mucho más, cuando se siente amenazado, algo que pudimos comprobar en carne propia y con el chillar de los reeles en los últimos días.
Los dorados pican en punta en los ríos del norte
Nuestro amigo y guía en la zona de San Nicolás, Ariel Figueroa, nos puso al tanto sobre una marcada actividad de estos gigantes que parecían estar dispuestos a tomar las carnadas. Bien temprano salimos hacia allá, y a eso de las 8 nos embarcamos en una prolija marina ubicada a metros de la basílica. Fuimos remontando el arroyo Yaguaron hasta el Paraná, por donde seguimos río arriba hacia Villa Constitución, ya en territorio santafecino. Ahí fue donde armamos los equipos y con anguila como carnada comenzamos el garete.
Grandes patíes en Villa Constitución
Un segundo motor eléctrico que fue corrigiendo la deriva de la lancha fue esencial, labor que quedó en manos de Ariel y que nos permitió tener las líneas acomodadas en paralelo para peinar parejo la cancha y en profundidades que oscilaban entre los 25 y 35 m. Fuimos atravesando estratégicos canales y pozones, donde esperaban estos verdaderos sumos del rio, los que después de tres o cuatro toques breves se llevaban el aparejo de forma contundente. De ahí en más, comenzaba un trabajo arduo para hacerlos subir y, una vez que veían la luz del día, de un coletazo salían despedidos hacia abajo forzando la curvatura de la caña, el multifilamento y el reel que, chicharra de por medio, avisaba que estaba al límite con más de 10 kg de peso nadando con la corriente a favor.
Una doble tentación llamada San Nicolás
Esta acción la repetimos con cada captura e inclusive se complicó por un momento, cuando no nos pudimos ayudar mutuamente por tener tres importantes piezas a la vez en las cañas. La maniobra para levantarlos es muy puntual, hay que lograr poner al pez en paralelo a babor o estribor y tomarlo por la cola sin darle tiempo a reaccionar. Además, lo conveniente es repartir el peso en la embarcación para evitar algún accidente.
Todavía con el pulso temblando, se nos hizo la hora del regreso, mientras de alegría y adrenalina ni cuenta nos dábamos de que una tormenta nos empapaba en el camino. Ya íbamos planificando volver, nos quedaba algo más por probar en la misma zona. La pesca de dorados que también estaban a pleno.
Servicios:
- Guía Ariel Roberto Figueroa Mollo. Instagram.
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