Sunday 28 de April de 2024
PESCA | 08-10-2023 10:00

Casteos en las barrancas

El Paraná Medio, a la altura de Esquina, está con buena cantidad de dorados, algunos de muy buen porte. Dónde encontrarlos y qué señuelos son los más rendidores.
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Siguiendo la ruta dorada por el extenso río Paraná volvimos a Esquina, la perla correntina de lo que se conoce como Paraná Medio, un emblema para todo pescador deportivo. La ciudad posee varios atractivos muy particulares, por lo que no sólo la pesca cumple un papel muy importante, sino que también sus carnavales son muy reconocidos, al igual que la gastronomía local y el casino, que no es solo un lugar de juego sino un punto de encuentro de muchas personas, donde la bonhomía de la gente del pueblo invita a querer volver apenas uno emprende el regreso.

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Charlando con el guía Matías Pavoni, casi como lo hacemos habitualmente, me comentaba que el río seguía bajando y que la pesca, si bien está buena, mantiene algunas complejidades que no son para nada difíciles, sino que hay que estar atentos y buscar al pez según los movimientos que se venían produciendo tanto en el delta como sobre el cauce principal. La idea para este relevamiento era realizar la actividad sólo con señuelos, utilizando tanto equipos de baitcast como de spinning, y para eso llevamos cañas de 14 a 20 lb (1 lb = 0,453 kg) de potencia, con un largo entre 1,80 y 2,10 m. En cuanto a los reeles, medianos frontales y rotativos (bajo perfil) cargados con multifilamento de 40 lb. Completamos con todos los señuelos que pudimos para cubrir todas las posibilidades y, como decimos siempre, no dejamos ningún artificial  en casa porque podemos arrepentirnos: uno nunca sabe cuál es el que mejor puede funcionar.

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Para esta salida tuve tres compañeros de lujo: papá Luis Lucho Feinel y su hijo Demian, y el Tano Grattoni, quienes no sólo son grandísimos pescadores sino que no hay una sola posibilidad de pasarla mal. Llegamos a Esquina bien de madrugada, luego de viajar unas ocho horas en micro de larga de distancia, lo que brinda la posibilidad de descansar y dormir durante todo el trayecto. Una vez arribados nos dirigimos hacia Río Lodge, donde ya nos esperaban con todo listo: un desayuno muy bien servido, viandas preparadas para la jornada de pesca, y la embarcación pronta para cargar todos nuestros petates y largarnos al río. Lucho no se aguantaba las ganas y, mientras mojaba la medialuna en el café con leche, armaba las cañas diciendo (como lo hace siempre): “¡Estoy que me pesco encima!” El sol apenas asomaba y ya estábamos camino a la bajada de lanchas para emprender la navegación que nos llevaría a este hermoso paraíso, el delta esquinense.

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Por fuera del delta

Mientras terminábamos de armar los equipos, el guía Matías Pavoni pensaba y organizaba su plan de pesca. En un momento miró fijo el horizonte y nos dijo: “Vamos a empezar sobre el río Paraná, y cualquier cosa nos metemos al delta”. Después de navegar un ratito, llegamos a unas barrancas que prometían mucho, pusimos bananas Alfers con paleta 1 y 2,  Gozio Bendy 1 y Raptor Rex, para probar en profundidades de no más de dos metros. Realmente, no nos fue bien, un par de toques, algún doradito perdido y nada más. De allí nos fuimos a una zona de bancos de arena, donde tuvimos que cambiar algunos elementos y, particularmente, los señuelos por unos del tipo slider como los Rapala Glidding, Cano y Pucará. Llegamos muy despacito con el motor eléctrico para no alborotar el ambiente y comenzamos con los lanzamientos tratando de llegar lo más lejos posible. Después de unos tres o cuatro tiros, comenzaron los piques que, obviamente, coincidieron con el lugar donde estaban comiendo.

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La técnica para utilizar estos sliders es recoger a la mayor velocidad posible. Así se fueron dando dorados de todos los tamaños y algunos realmente muy buenos, que llegaron a los 7 u 8 kilos. Todos tuvimos la posibilidad de tener varios piques, algunos concretados y otros errados, momento en que los amigos no se privan de catalogarte de manco, como se dice en la jerga pesqueril. Cuando los piques fueron mermando, Matías decidió entrar al mismo banco pero por otro lado, para ver si el cardumen se había movido o si se había dispersado luego del ruido causado ante cada una de las capturas. Dimos un rodeo y, entrándole por la parte Norte, volvimos a incentivarlos con nuestros señuelos: picaron, pero no fue tanto como la vez anterior.

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Decidimos entonces hacer un alto para el almuerzo a la sombra de algunos árboles y disfrutar de la naturaleza, hasta que Lucho empezó a ver movimientos de pequeños dorados cazando. No tardó nada: armó un equipo más liviano y, utilizando señuelos para la ocasión, se divirtió con cantidad de doradillos que picaban a destajo, uno tras otro; hasta con poppers Don KB y Cano obtuvo respuestas. Nosotros mientras tanto seguíamos almorzando y pensando dónde probaríamos durante la tarde.

Piques continuos

Volvimos por unas barrancas más profundas, utilizando bananas Paraná Lures de paleta media y las nuevas Gozio Epic, mojarras con paleta shadow. El agua corría fuerte y golpeaba contra algunas imperfecciones costeras, donde se fueron dando los piques. Lucho pinchó otro buen dorado que pudimos subir a bordo.

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El Tano Grattoni, mientras se fumaba un cigarro, miraba con atención donde colocaría su próximo lance así le picaban instantáneamente. Damián y yo, ubicados en la proa, hacíamos lo mismo obteniendo muy buenos resultados. De repente, en uno de los tantos casteos, una frenada y posterior corrida hacia el centro del río me llamó la atención: sabía que se trataba de un buen dorado, pero saltó a unos 40 m de la lancha y se desprendió del señuelo. Caras largas y a seguir probando. “Ahí está, ahí está”, escucho a Demian mientras clavaba, peleaba y subía a la lancha otro de los buenos dorados del día, que tendría unos 6 kg, aproximadamente.

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La jornada iba culminado, había que volver a Río Lodge, pero aún quedaba un lugarcito para probar. Siempre sobre el Paraná pero bien cerca del casco urbano, volvimos a golpear unas barranquitas que nos dio unos cuantos piques de dorados chicos, pero suficientes para divertirnos y probar distintos tipos de señuelos. Nada que sorprenda cuando uno viaja hasta Esquina, sólo hay que esperar una buena pesca y pasarla muy bien, tanto que ya pusimos fecha para un pronto regreso.

MAPA DE LA ZONA

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  • Cómo llegar: desde CABA son 610 km por rutas 9, 12, 6 y 12, nuevamente.
  • Servicios: Río Lodge posee cabañas totalmente equipadas, quincho desayunador, Wi-Fi, bajada de lanchas, guías especializados y embarcaciones plataformadas. Recibe excursiones personalizadas. Tel.: (0221) 418 4484 (Fany Salas).

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Julio Pollero

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