Más allá de la prolongada bajante que está sufriendo el río Paraná, las intervenciones humanas siguen su curso, poniendo así en peligro no solo a la flora y a la fauna, sino, sobre todo, a los humedales, ya que las mismas multiplican las chances de expansión del fuego intencional en las islas.
Así lo dio a conocer un reciente informe elaborado por el Instituto Nacional del Agua (INA) que, entre sus principales puntos, resalta que la bajante se extenderá durante varios meses más.
“Las condiciones de sequía inciden en la propagación de los incendios en las islas porque hay menos agua que pueda hacer las veces de cortafuego”, comentó la antropóloga Laura Prol, integrante del Taller Ecologista, al diario La Capital de Rosario.
El río Paraná vuelve a bajar de forma alarmante
Si bien la bajante por sí misma no produce las quemas porque es parte de la dinámica del río, el tema es cuando entra en juego con otras intervenciones: el fuego aparece por intervención humana en todo el sistema de humedales, no solo en el delta que es su porción final”, agregó la profesional.
Cabe resaltar que las 240 mil hectáreas de humedales del Delta del Paraná fueron declaradas de Protección Internacional, lo que implica protegerlos para preservar especies de distintas regiones.
Ley de Humedales
Frente a esa situación, Prol remarca la importancia de que se sancione la Ley de Humedales a la brevedad. “La Ley de Humedales que hoy está frenada en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación debe ser sancionada cuanto antes”, afirma
Por su parte, si bien Silvia Arranz, directora del Laboratorio Mixto de Biotecnología Acuática del Centro Científico, Tecnológico y Educativo “Acuario del Río Paraná” coincidió en las fluctuaciones del Paraná son normales, resaltó que lo que más le preocupa de esta bajante es que su extensión potencia los efectos adversos ya que no disminuyen las actividades realizadas por el hombre, como la deforestación, la pesca y la agricultura.
“Que las cosas sigan como si nada pasara pone en jaque a los peces, en situación crítica desde 2019, y a toda la cadena que los sustenta. La bajante influye en las aguas calmas, es decir lagunas y riachos que en este momento se secaron, perdieron conectividad”, relató.
“Por otro lado, hace que las especies en el canal principal se vean más amenazadas porque el volumen de agua es menor: la presión o el estrés que están sufriendo esas especies es grande”, concluyó quien también se desempeña como profesora de Biología de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario.
Pronóstico para el Paraná
Por último, en su último informe sobre el estado del Paraná, el INA advierte que “la Operatoria de Regulación de los Caudales del Río Paraná entra en su fase final, y que a partir del pasado sábado 29 de mayo se registrará una disminución rápida de los caudales en el tramo paraguayo-correntino del río Paraná.
Según la tendencia climática regional que fue actualizada con horizonte en el 31 de agosto de 2021, “no se espera un cambio sensible en la perspectiva, la que seguirá siendo desfavorable, con baja probabilidad de una recuperación franca en los próximos meses”.
Comentarios