El río Paraná sigue bajando y la preocupación crece a lo largo de toda su cuenta. En Rosario la incertidumbre es muy grande, ya que todo parece indicar que se podría volver a repetir la bajante récord de 2020, que alcanzó los 0,80 metros de profundidad.
La organización ecologista El Paraná No se Toca fue una de las primeras en advertir sobre la situación. Al día de hoy el río tiene una altura de 0,87 m, cifra que no dista mucho del histórico 0,80 que el Paraná alcanzó el 22 de mayo de 2020.
“De seguir cayendo en picada su caudal, pronto se repetirá el pico (de baja) del año pasado. Lo que se prevé es que en los próximos días la bajante del río será igual de pronunciada que el año pasado”, afirmó Pablo Cantador, miembro de la organización.
Al llegar a este punto, predijeron que se complicaría todo el sistema de cargas de buques en los puertos de la región y la logística de transporte por la Hidrovía Paraná-Paraguay. “Toda la cuenca aguas arriba está en baja por las escasas lluvias en Brasil y Paraguay, estos datos nos indican que la bajante del Paraná puede superar a la del año pasado e incluso podría ser peor”, comentó Cantador.
Cantador agregó que “hace más de un año que cientos de pequeñas lagunas del humedal se quedaron sin agua, las plantas acuáticas se secaron y la fauna típica que vive en estos ambientes desapareció”.
“Las lagunas y arroyos están con pasto, pero ahora llega el invierno y lo secará, a diferencia de lo que fue en el 2020, que con la bajante del río quedó con el humedal y las plantas, que se secaron por la cantidad de incendios”, detalló.
Esta situación que se ha extendido por más de un año ha afectado en forma significativa a la fauna de la zona. Según Cantador se ha observado una merma considerable de aves que migran en esta estación”, y que en la zona del humedal “desaparecieron” aves acuáticas de lagunas y arroyos.
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