Los incendios en Australia han dejado muy graves consecuencias a nivel ecológico. El 80 % de los bosques de eucaliptos han desaparecido y alrededor de 1.000 koalas han muerto. El daño es tan grande que ya se está hablando de la inevitable extinción de la especie.
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Los datos fueron difundidos por Deborah Tabart, presidenta de la Fundación Australiana del Koala, que en mayo de este año publicó un informe donde consideraba que la especie estaba “funcionalmente extinta”. Ahora la situación se ha vuelto más grave, hasta el punto de que resulta muy difícil que la especie se recupere.
Conservacionismo bien argentino
El término “extinción funcional” quiere decir que la población ha reducido tanto su número que ya no juega ningún papel importante en el ecosistema. Prácticamente la especie deja de ser viable.
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Aunque todavía hay koalas que se pueden reproducir, el reducido número de especímenes restantes hace que la especie no se pueda sustentar en el largo plazo y sea muy susceptible a las enfermedades. Se supone que a partir de aquí la mortalidad aumentará drásticamente y todo su ecosistema empezará a degradarse.
Justamente el koala tiene un rol clave en la preservación de los bosques de eucaliptus, de los cuales el 80 % desapareció bajo los incendios que azotaron a Australia. El panorama actual es de total desequilibrio, ya que un koala adulto necesita alrededor de un kilo diario de hojas de eucalipto para alimentarse, pero el alimento existente no alcanza para toda la población. De esta forma, la especie está destinada a un lento proceso de desgaste hasta su extinción. Por el momento, la única salida que se le presenta es subsistir gracias a alguna reserva o santuario animal.
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