Si algo le faltaba a la NASA era tener su propio ferrocarril, un medio de transporte totalmente alejado de sus inventos y descubrimientos relacionados con la astronomía y el cosmos. Sin embargo, y aunque muy pocos lo sepan, cuenta con una red vial propia que, desde hace muchos años, funciona en los alrededores del Centro Espacial John F. Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida, y ha tenido un papel fundamental en todas sus misiones, tripuladas o no tripuladas.
La NASA comenzó a construir su primera red vial propia en 1963, tras un acuerdo con la compañía de ferrocarril de la Costa Este de Florida, la Florida East Coast Rail. El propósito de esa línea era transportar los cohetes espaciales, antes de ensamblarlos por completo. Dos años más tarde, la línea de ferrocarril ya contaba con su actual extensión de casi 60 kilómetros. La línea une la red principal de la Costa Este de Florida con la Estación de las Fuerzas Aéreas de Cabo Cañaveral, y, según datos oficiales, en sus primeros cinco años de vida ya transportó 30.000 vagones de diferentes tipos de materiales afectados a sus investigaciones espaciales.
Como para tener una idea de su gran utilidad, para transportar solamente el combustible de los cohetes Saturno V fueron necesarios 56 vagones de tren. Y, para mover las toneladas de material por la línea de la NASA, se emplearon tres locomotoras SW1500, las tres construidas entre 1968 y 1970 y jubiladas entre 2014 y 2015. Previamente, se habían utilizado máquinas Alco S2 que, transportaron 75 vagones construidos entre 1952 y 1982 y que tenían distintas funciones según el tipo de carga que les tocaba llevar.
Ya en 1983, la NASA compró las acciones de la línea de ferrocarril que estaba en poder de la compañía de la Costa Este de Florida, dando comienzo, así, a una gran serie de remodelaciones y modernización de la línea para mejorar la seguridad de la instalación. Por entonces, también adquirieron las tres locomotoras anteriormente mencionadas que fueron construidas íntegramente para la compañía ferroviaria Toledo, Peoria and Western. Las mismas fueron pintadas respetando los colores de sus antecesoras: rojo, gris y negro y fueron llamadas simplemente “uno”, ”dos” y “tres”. En tanto que las antiguas Alco S2 fueron llevadas al Museo del Ferrocarril de la Costa Dorada de Florida, en Miami, donde actualmente pueden ser visitadas.
El trazado se divide en dos ramales: el primero, con una extensión de casi 14,5 km., finaliza su recorrido en el edificio de Ensamblaje de Vehículos de la NASA, en la zona industrial del Centro Kennedy. En tanto que el segundo, de igual extensión que el primero, tiene su estación terminal en el Complejo Titán de las Fuerzas Aéreas. A su vez, cada ramal cuenta con varias salidas a distintas instalaciones.
Si bien en 2011, tras finalizar el programa Shuttle, sus instalaciones estuvieron a punto de desaparecer, a comienzos de este año, el proyectoto Space Launch System obligó a las autoridades de la agencia espacial a reabrir la línea de ferrocarril en su totalidad. A principios de junio, por ejemplo, se llevó a cabo un viaje de 10 días que partió de las instalaciones de Northrop Grumman en Promontory, Utah. En ese viaje se transportaron las 10 partes del cohete de refuerzo y de la nave espacial que lo acompaña. El objetivo es que, una vez montado, sirva para viajar a la luna en 2024.
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