El 3 de noviembre de 1903, Panamá proclamó su independencia, separándose así definitivamente de Colombia en un hecho histórico en el que confluyeron, entre otros factores, el gran interés comercial que tenía Estados Unidos en utilizar el canal interoceánico para poder expandir su comercio, por un lado, y la por demás conflictiva situación interna que está atravesando el país colombiano.
Si bien para muchos historiadores colombianos, la decisión de independizarse de Panamá, se produjo como consecuencia de la fuerte intervención que tuvo Estados Unidos en alianza con el Reino Unidos y Francia, para sus colegas panameños la decisión fue el resultado de las históricas demandas del pueblo.
Una larga historia de luchas y reclamos
La unión voluntaria de la Nación del Istmo, tal cual era conocida por entonces Panamá, a Colombia en busca de un mejor futuro bajo el liderazgo de Simón Bolívar, fue una decisión tomada por los lugareños en 1821 que estuvo marcada por las situaciones adversas vividas en las diferentes repúblicas colombianas con enfrentamientos sociales, decisiones políticas desatinadas y una mala situación económica que no presentaba una salida al empobrecimiento al que había sido sometido este territorio.
Excursiones para hacer en cada puerto
Desde su ruptura con España, que tuvo lugar el 28 de noviembre de 1821, Panamá se había unido voluntariamente a la Gran Colombia que, por entonces, estaba conformada por los actuales países de Colombia, Ecuador y Venezuela.
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Precisamente, Colombia y Panamá se separaron el 3 de noviembre de 1903, dando lugar así a la actual República de Panamá, que había sido parte fundamental de todas los sistemas de organización política y territorial llevados a cabo por Colombia durante 72 años..
Si bien el objetivo principal de las autoridades panameñas era convertir al país en un estado soberano para que pudiera negociar directamente con EE.UU. la construcción de un canal por su territorio, tras su independencia perdió todo tipo de ayuda económica por parte del gobierno colombiano, lo que causó un profundo malestar en el pueblo panameño.
Otra de las graves consecuencias que sufrió su decisión independentista fue el rechazo por parte de Colombia al tratado Herrán - Hay en 1903, con el objeto de la construcción de un canal transoceánico que uniese el océano Atlántico y el océano Pacífico por el istmo de Panamá. Los locales también se sintieron muy defraudados ante la expectativa que generaba la inversión estadunidense para la construcción del mencionado canal, luego de que Francia fracasara en sus intentos por hacerse de la vía marítima en 1888.
Así, el por entonces muy influyente político panameño José Agustín Arango conformó una junta revolucionaria clandestina con el objetivo de separar al istmo de la soberanía colombiana. Los fuertes rumores sobre un movimiento en la ciudad de Panamá, hicieron que Colombia movilizara al Batallón Tiradores desde Barranquilla con el fin de desplazar al gobernador José Domingo de Obaldía y al general Esteban Huertas, quienes ya no gozaban de la confianza del gobierno colombiano.
Finalmente, en la madrugada del 3 de noviembre de 1903, mientras las primeras fuerzas armadas colombianas arribaban a Panamá, el Concejo de la ciudad de Panamá, bajo la presidencia de Demetrio H. Brid, proclamaba en un acta la voluntad del pueblo de ser libre y de establecer un gobierno propio, independiente y soberano, bajo el nombre de República de Panamá.
Al día siguiente, como primer presidente del flamante país centroaemericano, Brid decidió nombrar a la Junta de Gobierno Provisional que se encargó de la administración del estado hasta que, en febrero de 2004, la Convención Nacional Constituyente designó a Manuel Amador Guerrero como su primer presidente constitucional.
Panamá, el país con la capital más cosmopolita de América Central
Moderna, dueña de una de las obras de ingeniería más maravillosas y complejas del mundo, como el Canal de Panamá, cerca de playas con aguas que parecen pintadas de un azul profundo y transparente, la capital del país centroamericano, que lleva su mismo nombre, es considerada la más cosmopolita de toda América Central.
Los impresionantes rascacielos que parecen apilarse uno tras otro sin solución de continuidad a lo largo de toda su costa, sus casinos y su renovado casco histórico hacen de esta urbe de casi un millón de habitantes un lugar para visitar en cualquier época del año.
El recuerdo de lo que la fue la ciudad antes del Canal permanece en el Casco Viejo, un barrio repleto de antiguos conventos y adoquines. Si bien, a primera vista la arquitectura colonial puede recordar a La Habana, aquí el tiempo no parece haberse quedado detenido: sorprende el toque urbano y su ambiente relajado.
Por su parte, la Cinta Costera es un paseo que le permite tanto a los amantes de las caminatas como a los que gustan andar en bicicleta, llegar desde el centro hasta el litoral, entre casetas de artistas, parejas, y plazas repletas de músicos callejeros.
Por último, el Panamá Viejo es un sitio arqueológico que conserva las ruinas de lo que fue la ciudad de Panamá desde sus orígenes hasta su traslado en 1671, producto de los incesantes saqueos y quemas por parte de los piratas.
A la hora de comer, no se puede dejar de visitar el Mercado de Mariscos donde, más allá de poder degustar de todo tipo de pescados y mariscos, el lugar cuenta con una galería externa repleta de puestos que ofrecen platos frescos con productos del propio mercado. El más buscado es el ceviche, que se vende en vasitos tanto para saciar el hambre antes de pedir un plato principal o la curiosidad de los visitantes antes de seguir disfrutando de las bellezas del lugar.
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