Friday 19 de April de 2024
INFORMATIVO | 19-04-2021 08:00

Historia de los 1.000 Volvos que nunca fueron pagados

La alianza podría considerarse una gran estafa. La entonces prometedora Corea del Norte le pidió mil automóviles marca Volvo 144GL a Suecia, a cambio de minerales como cobre y zinc. El metal nunca llegó a destino, pero si estos íconos de elegancia motorizada que en la actualidad siguen circulando por las calles asiáticas como taxis.
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Durante los años '60 y finales de los '70, cuando las superpotencias manejaron un nuevo modelo geopolítico, la economía noruega, que estaba controlada por la Unión Soviética, experimentó un gran crecimiento. La joven nación parecía impulsar el auge del comercio minero, ya que muchos países que integraban este bloque de aliados tendrían la oportunidad de emprender acuerdos que incentiravan la riqueza minera de la nación.

Historia de 1000 Volvos que nunca pagaron

La primera en formar una alianza inusual y para entablar diálogos comerciales con Kim Il-sung, el jefe del estado socialista y el creador de la República Popular, fue Suecia, después de haber accedido a un mercado que otros países habían alcanzado y así convertirse en el primer territorio occidental en establecer un compromiso en 1975 en Pyongyang.

Gracias a la neutralidad mantenida por Suecia, Corea del Norte solicitó 1.000 rodados de la marca Volvo modelo 144GL, a cambio de minerales como cobre y zinc que se extraerían de  este país, ya que Corea por ese entonces  carecía de divisas suficientes para cubrir la compra.

El paquete comercial firmado entre ambas naciones estaba valuado en 70 millones de dólares, que serían recuperados por Suecia al vender en el comercio internacional las toneladas de minerales prometidas por Corea del Norte. Pero con el tiempo de ejecución, el cobre y el zinc nunca llegaron a manos de los suecos. Desde entonces, en 1976, Suecia negocia el pago. 

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A pesar de que han transcurrido 50 años, Suecia realiza habitualmente el envío de documentos con la actualización de la importación y sus intereses, que asciende a 322 millones de dólares, sin lograr ningún pago. Sin embargo, los vehículos Volvo todavía funcionan, hoy como taxis y en las principales paradas de la capital asiática, Pyongyang.

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Laura Trípodi

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