A un año de la sanción de la Ley 1.355, que reguló la salmonicultura en la provincia de Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur, activistas de la Argentina y de Chile realizaron una manifestación conjunta en el Canal Beagle, frente a las costas de la ciudad de Ushuaia, para reafirmar el rechazo a la instalación de salmoneras en ese espejo de agua y, además, concientizar a las autoridades de ambos países sobre los riesgos ambientales que acarrea esa actividad.
Gigantes salmones de otoño en Mar del Plata
El encuentro, que se inició en la Bahía de Ushuaia y continuó con una navegación simbólica por el mencionado canal, con la participación de personal del Club Náutico AFASyN, de embarcaciones de la comunidad náutica de Tierra del Fuego, del programa marino Sin Azul No Hay Verde, de Greenpeace Andino, de la Sociedad Civil por la Acción Climática de Magallanes, como, así también, de representantes de la Comunidad Yagán de Ushuaia y Navarino, y de la Comunidad Kawesqar, entre tantos referentes.
Salmones: cómo dominar a los plateados
“Le pedimos al presidente Gabriel Boric que detenga el avance de la salmonicultura en el Canal Beagle, patrimonio natural compartido por argentinos y chilenos, y apoyamos a las comunidades originarias, habitantes costeros del Beagle y ONG’s locales en la protección por ley de este corredor genético entre ambos océanos”, afirmaron los ambientalistas.
Gigantes salmones chinook en el río Las Vueltas
La salmonicultura es la siembra y la cosecha intensiva de salmónidos bajo condiciones controladas y con fines comerciales, para lo que se utilizan jaulas flotantes que, por lo general, son ubicadas en las bahías y en los fiordos a lo largo de las costas, una técnica que se originó en Noruega finales de 1960.
Entre las consecuencias de la actividad, los ambientalistas cuestionaron las mortandades de salmones masivas, la intensificación de blooms de algas tóxicas -como la marea roja-, la introducción de especies exóticas, la alteración de los ecosistemas, la pérdida de la fauna local, la generación de zonas muertas, como también el enmallamiento de los mamíferos marinos y el uso indebido de antibióticos.
🎉 LO LOGRAMOS 🎉 ¡Argentina se convierte en el primer país del mundo que prohíbe la salmonicultura! Hace instantes, la Legislatura de Tierra del Fuego aprobó de forma unánime la ley que prohíbe la instalación de cualquier tipo de cultivo y producción de salmones. pic.twitter.com/Z5cWBD0p7c
— Greenpeace Argentina (@GreenpeaceArg) June 30, 2021
Cabe recordar que, con la puesta en vigencia de la Ley 1.355, la provincia de Tierra del Fuego se convirtió en el primer lugar del mundo en prohibir la industria antes de que se instale.
Esta decisión tuvo un gran impacto a nivel mundial, ya que, a partir de su aprobación muchas comunidades costeras del mundo que sufren las consecuencias de esta industria, comenzaron a exigir que se retiren las jaulas de sus respectivos mares.
“El canal de Beagle debe ser protegido de manera integral. Y es por ello que, hoy, a un año de esta histórica ley, le exigimos al gobierno chileno que rechace todas las concesiones en trámite en Puerto Williams”, afirmó Estefanía González, Coordinadora de Océanos de Greenpeace Andino, a través de un comunicado de prensa.
“Toda la información técnica ya está disponible para fundamentar la decisión. Se debe seguir el ejemplo del lado argentino que puede celebrar sus buenas decisiones", agregó la especialista.
Desde el año 2018, Chile se encuentra en alerta máxima ante la posibilidad que se sumen más salmoneras a las cuatro que aún se encuentran administrativamente activas en el Canal de Beagle.
“Esta historia no se termina con la sanción de la Ley 1.355, ya que el mar es uno solo, y las comunidades de Argentina y de Chile seguirán unidas en pos de su conservación. Tierra del Fuego tomó una decisión pionera que hoy es celebrada por aquellos que la viven y por el resto del mundo que quiere seguir su camino”, explicaron desde la mencionada ONG.
“Celebrar el primer año de la ley que prohíbe la salmonicultura en el lado argentino da señas que el trabajo realizado no es en vano, y que las convicciones y el esfuerzo social es potente y verídico con sólidos argumentos que llevan a manifestar el sentido común que nos comunica la protección de nuestros espacios y entornos rebosantes de vida y virgen naturaleza”, concluyeron desde Greenpeace.
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