Aunque varios habitantes del lugar ya han manifestado su oposición a que Donald Trump vaya a vivir a la mansión que tiene en el resort de Palm Beach, en Florida, el recientemente derrotado presidente de los Estados Unidos tiene decidido instalarse allí para disfrutar de un largo tiempo de descanso antes de planear sus próximos pasos políticos.
Fue la multimillonaria e influyente empresaria del cereal Marjorie Merriweather Post quien, entre 1923 y 1926, mandó a construir la espectacular mansión a la que decidió llamar Mar-a-Lago. Pero la señora Post murió en 1973 y, aunque el lujoso lugar siguió siendo utilizado para algunas fiestas y eventos de personalidades de la alta sociedad norteamericana, lo cierto es que se fue deteriorando cada vez más con el paso de los años.
Pensando el lugar como el bunker ideal para pergeñar su carrera presidencial, y asesorado por sus más íntimos compañeros de campaña y su familia, allá por principios de 1985, Trump decidió comprarla en apenas 10.000.000 de dólares para convertirla en una suerte de club privado al que solo tienen acceso determinadas personas de la esfera del presidente.
Villa Ocampo, una mansión con historia
Una cifra que aunque para muchos pueda parecer una fortuna, teniendo en cuenta la superficie construida de casi 6.000 metros cuadrados, 126 lujosas habitaciones, de las cuales una treintena están destinadas para el personal de servicio y mucamas, un spa y los casi 4.000 metros cuadrados de espacio libre en donde se destaca una imponente pileta de natación, el precio terminó siendo un verdadero regalo.
Curiosamente, tanto la piscina como el spa no son privados, aunque, además de la familia presidencial, solo tienen acceso algunos pocos miembros del selecto club de golf cuya cuota de inscripción ronda los 70.000 euros, además de los 4.000 euros que tienen que pagar cada año.
Declarada Hito Histórico Nacional por el congreso norteamericano, la mansión ocupa la anchura de la parte de la isla que se extiende entre el océano Atlántico y el denominado Intracoastal Waterway, que en épocas previas se conocía como Lago Worth.
“Palm Beach fue el campo de entrenamiento de Trump”, dijo, en su momento el reconocido escritor Laurence Leamer, quien en 2019 publicó el libro “Mar-a-Lago, inside the gates of power at Donald’s Trump presidential palace”
Será por eso que Donald Trump está dispuesto a instalarse nuevamente en ese lugar que lo terminó catapultando a la Casa Blanca, buscando que la historia vuelva a repetirse.
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