Un grupo de científicos internacionales, del cual participó un argentino, descubrió una nueva especie de titanosaurio en el desierto de Atacama, ubicado al norte de Chile, al que bautizó con el nombre científico de Arackar licanantay
Según el estudio publicado en la revista Cretaceous Research, se trata del segundo de animal de este tipo que fue encontrado en el país trasandino y su hallazgo brinda valiosa información sobre la evolución de este grupo
“Los titanosaurios fueron herbívoros de largo cuello, cabeza pequeña y extremidades robustas. Eran animales de hábitos gregarios y ovíparos”, comentó el argentino Bernardo González Riga, investigador independiente del CONICET en el Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (ICB, CONICET-UNCUYO).
La mayoría tenía tamaños grandes, pero algunos fueron literalmente gigantes entre gigantes, alcanzando hasta 70 toneladas y 33metros de largo. Tal es el caso de los géneros argentinos Notocolossus, Argentinosaurus y Patagotitan”, agregó quien, además, es director del Laboratorio y Museo de Dinosaurios de la Universidad Nacional de Cuyo.
Si bien estos dinosaurios se extendieron por todos los continentes durante el periodo Cretácico, fueron abundantes en América del Sur, donde desarrollaron una amplia variedad de tamaños y formas.
Según el estudio, de unas 80 especies que se conocen en el mundo, 55 proceden de nuestro continente y, con este nuevo hallazgo, hasta el presente ya se han descubierto 41 especies en la Argentina, 11 en Brasil, 2 en Chile y 1 en Ecuador.
“Anatómicamente, los titanosaurios poseen pies con 5 dedos, con una notable reducción de sus falanges, quedando tres garras curvadas. En contraste, las extremidades delanteras pierden sus falanges, de manera que los metatarsianos se orientan verticalmente, formando una medialuna vertical, especialmente adaptada para soportar su peso”, explicó González Riga.
Los primeros huesos fósiles del Arackar licanantay fueron encontrados en la década de 1990 por el geólogo Carlos Arévalo, del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile y, posteriormente, el paleontólogo David Rubilar-Rogers, del Museo Nacional de Historia Natural, lideró este estudio que les permitió encontrar nuevos materiales fósiles.
Según el estudio, este nuevo dinosaurio, cuyo nombre en Kunza- la lengua del pueblo originario de la región-, significa “osamentas atacameñas”, se trata de un sub-adulto que vivió a fines del Cretácico y habría tenido un largo de 6,20 metros.
“El tamaño relativamente pequeño de esta especie, también se registra en la Argentina (Saltasaurus y Neuquensaurus) e implica que, hacia fines del Cretácico, muchas especies experimentaron una reducción de su tamaño corporal, hecho que requiere estudios evolutivos de detalle. Coincidentemente, los ecosistemas sufrieron grandes cambios, particularmente vinculados con las variaciones del nivel del mar”, comentó el investigador argentino, quien es uno de los pocos expertos en dinosaurios saurópodos de América latina y cuyo rol fue vital para poder clasificar a la especie descubierta
El descubrimiento de este saurópodo amplía el conocimiento que se tiene sobre los titanosaurios del linaje Lithostrotia que se extinguieron a fines del Cretácico, hace 66 millones de años. Los estudios filogenéticos sitúan a Arackar cerca del Rapetosaurus de Madagascar y del Isisaurus de la India.
“Son pocos los especialistas en cada grupo de organismos fósiles o en cada especialidad y, por ello, debemos valorar el potencial humano que tiene Argentina. La experiencia de trabajar con colegas de otros países es extraordinaria y el aprendizaje siempre es mutuo”, concluyó González Rigas.
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