Una vecina del barrio cordobés de Las Margaritas, en Calamuchita, se llevó una gran sorpresa al encontrar en el piso un ejemplar de urutaú (kakuy), más popularmente conocido como "pájaro fantasma".
Se trata de un episodio poco común ya que se trata de un ave de hábitos nocturnos que, habitualmente, vive camuflada entre los árboles y no suele hacerse visible.
“Muy posiblemente ha estado dando sus primeros vuelos y cayó al suelo. Lo encontraron en esta situación, sino se camufla entre las ramas secas por su plumaje", explicó el subcomisario José Quevedo de la Patrulla Ambiental de la Policía de Córdoba en una entrevista concedida a Cadena 3.
Esquel: destino ideal para un safari fotográfico
Tras ser rescatado, el pájaro fue trasladado a la ciudad de Córdoba por integrantes de la Patrulla Ambiental de la provincia mediterránea donde está a la espera que las autoridades competentes determinen cuál será su destino.
“Esta hermosa ave no anida, no hace nido, siempre se mantiene en el día en ese palo donde ha conseguido hacer hogar”, agregó Quevedo.
Además, señaló que cuando los pichones de esta especie a la que los quechuas llaman Turay, durante los primeros 40 días tanto el macho como la hembra lo contienen entre sus alas hasta que desarrollan sus plumas y pueden comenzar a volar con absoluta seguridad.
La leyenda del urataú, el pájaro fantasma
Detrás de este pájaro poco conocido se esconden varias leyendas. Una de ellas cuenta que dos hermanos vivían en el monte. La hermana era mala y el hermano era bueno, ya que mientras él le traía frutos silvestres y regalos, ella le correspondía con desaires y maldades.
Un día el muchacho regresó de la selva muy cansado y hambriento, y le pidió a su hermana que le alcanzara un poco de miel, pero cuando su hermana le acercó un frasco, antes de dárselo lo derramó en su presencia. Lo mismo hizo al siguiente día con la comida por lo que el hermano decidió tomarse revancha de su maldad. Así, una tarde la invitó a recoger miel de un árbol que estaba en la selva. Fueron allí y el hermano logró que ella trepara a lo más alto de la copa de un quebracho enorme.
El, que subió por detrás, descendió desgajando el árbol, de modo tal que su hermana no pudiera bajar y se alejó del lugar dejando a su hermana sola en lo alto del árbol, llena de miedo. Cuando llegó la noche, su miedo se convirtió en terror. A medida que pasaban las horas, comenzó a ver, horrorizada, que sus pies se transformaban en garras, sus manos en alas y su cuerpo todo se cubría de plumas.
Desde entonces, cuenta la leyenda que un pájaro de vuelo aplumado, que sólo sale de noche, rompe el silencio con su grito desgarrador -¡"Turay", "Turay" !- que significa ¡"Hermano", "Hermano" !.
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