Mientras llevaba el ganado a la vera del arroyo Villamanca, ubicado en las cercanías de la Laguna San Luis, en el partido bonaerense de Bolívar, un arriero encontró los restos fósiles de cuatro gliptodontes, producto de la gran sequia que desde hace varios meses está sufriendo la zona y que dejó gran parte del cauce del mencionado arroyo al descubierto.
Allí, en medio del barro, Juan de Dios Sota se topó con los restos de cuatro caparazones de la especie Glyptodon reticulatus por lo que, inmediatamente, se puso en contacto con las autoridades de Bolívar para informales sobre su fortuito hallazgo
Según informó a través de un comunicado Pablo Messineo, arqueólogo e investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontólogicas del Cuaternario (INCUAPA, CONICET – UNICEN), lo que más les llamó la atención a los investigadores es que los gliptodontes estaban en posición de vida y alineados hacia el Oeste.
Según el especialista, el descubrimiento de estos cuatro animales, que al parecer murieron juntos, les permitirá, por primera vez, hacer un estudio detallado de ciertos aspectos no evaluados aún, como observar si había dimorfismo sexual -diferencias entre machos y hembras-, así como también poder detectar diferencias existentes entre individuos adultos y juveniles.
“Este tipo de casos, en los que aparecen varios individuos juntos que murieron en las mismas circunstancias, son realmente excepcionales e indudablemente nos darán mucha información sobre estos enigmáticos animales y permitirán poner a prueba varias hipótesis que venimos manejando en los últimos años”, explicó, por su parte, el paleontólogo Ricardo Bonini, investigador del CONICET en el INCUAPA.
En tanto su colega, José Luis Prado, vice-director del INCUAPA y principal responsable de las investigaciones, explicó que los gliptodontes constituyeron un interesante grupo de grandes mamíferos herbívoros acorazados que vivieron durante más de 30 millones de años en Sudamérica, hasta su extinción total ocurrida hace aproximadamente unos 10.000 años atrás conjuntamente con el resto de la megafauna.
Según explicaron los especialistas, en los últimos 30.000 años el Glyptodon se convirtió en el gliptodonte más común, y si bien a partir del siglo XIX una gran cantidad de especies de este género fueron reconocidas en el sur de América del Sur, los últimos estudios afirman que el número de especies fue mucho menor a lo que se pensaba.
Es así que para el último millón de años la evidencia indica que sólo dos especies están bien caracterizadas: el Glyptodon munizi, del Pleistoceno inferior-medio y el Glyptodon reticulatus, propia del Pleistoceno superior, que habitaba desde el sur de la provincia de Buenos Aires hasta la localidad de Tarija, en el sur de Bolivia.
Ahora, los científicos llevarán a cabo un pormenorizado estudio tafonómico de los huesos y de los sedimentos con el objetivo de poder arrojar algo de luz acerca de cómo se formó el yacimiento.
También extraerán muestras de huesos para realizar una datación mucho más precisa a través del método de C14. El tratamiento de estas muestras de huesos y sedimentos tendrá lugar en el laboratorio de análisis isotópicos (LAPREI) que el INCUAPA tiene en la ciudad de Olavarría.
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