Saturday 27 de April de 2024
TURISMO | 17-09-2018 19:00

Hampstead Heath, lejos del ruido de Londres

Una zona poco conocida de la catedral británica que se regodea de sus parques y estanques, y que fue escenario de la popular Notting Hill.
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Londres- En una elevación que domina Londres se encuentra un

paraje natural que aún no ha sido devorado por esta metrópolis de más

de ocho millones de habitantes. En el parque Hampstead Heath uno

puede sentarse en la hierba que llega hasta la rodilla, disfrutar de

una vista panorámica fantástica y, según aseguran algunos,

encontrarse incluso con fantasmas.

Hampstead reúne lo mejor de dos mundos: a sólo cuatro estaciones del

metro está Piccadilly Circus y aún así uno se siente como en el

campo. Esto se debe al carácter rural del pueblo, a sus casas

románticas, los callejones con muchos rincones y, por supuesto, al

Heath, un área de bosques y praderas situada en una elevación con

vistas a la capital británica.

El punto más alto se llama Parliament Hill. Abajo se extiende todo el

centro de Londres, desde el Big Ben en el oeste hasta los rascacielos

de Canary Wharf en el este. Da la impresión de que Londres está al

alcance de la mano y, al mismo tiempo, parece ser un espejismo. El

Heath tiene el aspecto de un lugar salvaje y, gracias a una

casualidad, ha sobrevivido en medio de la metrópolis.

Durante el primer fin de semana con buen tiempo en primavera, medio

Londres se dirige al Heath para respirar profundamente después del

largo invierno. Friedrich Engels, quien junto con su amigo Karl Marx

caminaba durante décadas varias veces a la semana por el Heath,

escribió entusiasmado que durante esos paseos los dos respiraban “más

ozono que toda la ciudad de Hannover”.

La gran atracción en verano son las tres piscinas naturales, que

originalmente fueron creadas como depósitos de agua potable. Hay un

estanque para hombres -un conocido punto de encuentro para gays- otro

para mujeres y uno mixto. El agua está fría y a veces uno se

choca con nenúfares.

Los sábados por la tarde se ofrecen conciertos de verano delante de

la finca Kenwood House, conocida por la película Notting Hill. Quien haya comprado una entrada, puede acomodarse en una tumbona. Quien no, se sienta en una manta para picnic. Y si llueve, uno puede entrar gratis en Kenwood House, que

alberga una colección exquisita de pinturas de Rembrandt, Frans Hals

y Johannes Vermeer.

En otoño, los londinenses elevan al cielo sus cometas en Parliament

Hill. Abajo, los tejados del barrio de Highgate, situado enfrente,

brillan a la suave luz del sol de la tarde. Hacia el sur, la vista

llega a la ciudad infinita con su creciente número de rascacielos.

Hay ingleses que por principio no pasan por el Heath durante el

crepúsculo, no por el peligro de ser víctimas de asaltos sino por la

supuesta presencia de fantasmas.

Efectivamente, es uno de los lugares favoritos de la

diligente sociedad de cazafantasmas londinenses. Entre las almas sin

sosiego hay un caballo, una mujer blanca y el jefe de una banda de

ladrones que se llama Black Dick.

Los únicos muertos cuya presencia es palpable son aquellos cuyos

nombres están grabados en los bancos del parque. En Hampstead Heath

hay muchísimos bancos. La mayoría de ellos recuerdan a amigos finados

de este bonito pedacito de la Tierra: “In loving memory of...”.

Información básica:

Cómo llegar: en avión a Londres y desde allí en metro a la estación

Hamstead (Northern Line) o la estación Swiss Cottage (Jubilee Line).

dpa

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Andy Meek

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