La Reserva Provincial Iberá brinda un abanico de actividades que incluyen entrar en contacto con la cultura autóctona guaraní y la naturaleza pura, convirtiéndose en una opción ecoturística única acompañada por guías locales profesionales y también por baqueanos; aquel mariscador que ofrece la posibilidad de incursionar en su forma de vida.
Conectada por la RN 12, cercana a la ciudad de Corrientes, la localidad de Concepción es el punto de partida desde el portal Carambola, íntimamente ligado a la biodiversidad de la reserva. Los mariscadores representan la resistencia a una cultura foránea, por lo que se internaron en los Esteros. Las condiciones particulares del entorno los obligó a adaptarse y así surge una práctica que se constituiría en una manera de vivir, de habitar la región: nómades que basan su subsistencia en la caza, construyendo viviendas compuestas de “Piri” (muy similar al junco), alejados de los pueblos; aislamiento que dio lugar a la conservación de la lengua e idiosincrasia guaraníes, valores culturales que defienden y pregonan briosamente.
Uno de sus rasgos más característicos son las canoas, que confeccionan con la madera del lugar y que representan a una aliada cotidiana. Los visitantes recorren la zona acuática junto a los baqueanos, haciendo avistaje de peces. Al frente los caballos son los encargados de hacer que las canoas se muevan.
Vivir esta experiencia es posible gracias a la Ruta del Mariscador, una propuesta que expone las condiciones en las que se mueven desde hace más de 100 años. Se podrán conocer las técnicas empleadas para la construcción de las canoas en manos de baqueanos de piel trigueña, descalzos, que ayudan a desconectarse y familiarizarse con la naturaleza.
Recorridos en 360º por las provincias
Detrás de una aparente homogeneidad, el paisaje estereño guarda un encanto único que obliga a afinar la vista para descubrir los diversos matices cromáticos, que van entre verdes, ocres y amarillos, acobijados con recelo en sus ambientes agrestes de lagunas, esteros, bañados, sabanas, bosques, selvas en galería, palmares y praderas sumergidas que se alternan en diferentes proporciones y sorprenden con paisajes contrapuestos. El agua es, en cierta medida, el elemento que define al ambiente, pero en su aparente hegemonía dicta la fisonomía híbrida entre tierra y medio acuático que provee al paisaje de un encanto particular, favoreciendo la observación de la vida silvestre. La fauna se refleja en las características del ambiente y así, es posible la observación de aves que se distinguen entre acuáticas, como las garzas, cigüeñas, patos, playeros y flamencos; y de humedales, como yacarés, carpinchos, lobitos de río e incluso se encuentra la mayor población de ciervos de los pantanos de la Argentina.
Es tierra de yaguaretés, de mitos y leyendas, de curanderos, poras y ánimas; donde se podrán degustar las comidas típicas elaboradas, como antaño, en una olla ennegrecida por el hollín del fuego a leña… En inmejorables instalaciones donde se brinda un servicio de primera calidad. En la opción de día completo, se incluye la pernoctación en el refugio, donde el cielo gana protagonismo ya que, por la ausencia de toda contaminación lumínica, es ideal para la práctica de astroturismo, donde mitos, leyendas y ciencia se conjugan en una experiencia única. Luego, para el regreso, es posible combinar con otras opciones que se ofrecen: cruce a nado (a caballo), navegar en las embarcaciones el arroyo Carambola o los paseos en kayak.
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