El Departamento General Felipe Varela de La Rioja, donde se encuentra el Parque Nacional Talampaya, se consolida como destino turístico luego de que, durante enero y febrero fuera visitado por miles de personas. Sus atractivos turísticos se lucirán en la escapada de Semana Santa, cuando los visitantes disfrutarán de sus paisajes, vinos, artesanías y la paz de la naturaleza que se respira en cada rincón.
Los telares, las artesanías, la talabartería y otras actividades que requieren trabajo manual son muy característicos de la provincia de La Rioja: ponchos, colchas, caminos para las mesas y muchos otros productos son especialmente buscados en esta zona por argentinos y extranjeros, porque la excelente calidad de los materiales y por la habilitada de las manos que los trabajan. Dos casos emblemáticos del oeste riojano, más precisamente de esta zona son los del profesor Nicolás Fajardo y los de “las chicas” de Unay -como todos las conocen-, la famosa telera de Guandacol.
Un viaje al pasado reciente
La Casona de Fajardo está ubicada en Santa Clara y hasta antes de la pandemia recibía visitantes de todo el mundo que se acercaban por recomendaciones y por la curiosidad que genera su casa-museo. Pero lo más interesante es que la historia no solo se mantiene viva en las paredes de adobe de su morada, sino que el profesor la revive todos los días con las tareas que le enseñaron sus antepasados: pintura, artesanías y su gran pasión, tejer artesanalmente en el telar criollo con pedal.
Nicolás cuenta que se le hace difícil encontrar jóvenes que quieran aprender el oficio de tejer en telar, pero no es menos cierto que su pasión genera interés en todo el que lo visita, y es casi obligatorio sacarle una foto posando o trabajando con el telar. Entre cuadros, artesanías y antigüedades se destacan los ponchos, caminos, colchas, abrigos y más prendas que exhibe con el orgullo de haber sido un trabajo familiar, algunas con más de 80 años y aún sin perder el color: “Es que mayormente utilizo productos naturales para teñir la tela, y duran mucho más que cualquier otra cosa”, explica.
Por su parte, las “chicas” de Unay son en realidad unas señoras amorosas que decidieron armar una pequeña cooperativa para poder mostrar y vender sus productos a los turistas. El local es pequeño pero generoso en cantidad, ubicado en Guandacol, la segunda ciudad más importante del Departamento y famosa por albergar la casa donde vivió el caudillo Felipe Varela, actualmente museo. Llegar es sencillo, ya que como sucede con la Casona de Fajardo, todo el mundo sabe en la zona dónde queda. Además, es habitual sentir el aroma del pan casero, los pastelitos, mermeladas, empanadas y otras cosas deliciosas que también venden (o convidan) a quienes las visitan. En total son unas 10 mujeres, todas expertas en tejer con telar, razón por la cual la oferta es tan amplia que es imposible no comprar algo y tener el orgullo de saber que eso no fue producido en serie sino que son productos únicos. Y de paso, ya que se está en Guandacol, se puede visitar la bodega Las Jarillas, que produce muy buenos vinos en pequeñas cantidades, ideales para regalos únicos.
Vuelo en trike, una experiencia bien riojana
Torrontés fragante y dorado
El emblema local es el vino torrontés, que, sostienen los riojanos, es originario de la provincia. En los últimos años las bodegas en la provincia se multiplicaron y, a pesar de que el contexto económico no siempre fue favorable, los emprendedores riojanos se animaron y decidieron arremeter contra la adversidad. Algunas bodegas son reconocidas internacionalmente, como Chañarmuyo y Cooperativa La Riojana, y también hay emprendimientos más jóvenes que se dedican a la producción de malbec, syrah, cabernet sauvignon y, por supuesto, la uva emblema de la zona. En el Departamento Felipe Varela se pueden visitar y degustar vinos de excelente calidad en Los Palacios, una localidad muy asociada al producto casero, pero que cuenta con la bodega Sacavino Arrieta que ofrece visitas guiadas todos los días y tapeo nocturno con su famoso torrontés riojano.
Por otra parte en la ciudad cabecera del departamento, Villa Unión, está la bodega que lleva el mismo nombre, donde se pueden comprar excelentes vinos elaborados con uvas malbec, torrontés riojana, torrontés tardío y fabulosos rosados tardíos. En Guandacol se encuentra la bodega Las Jarillas y, si de rarezas se trata, en Aicuña, un pueblo con poco más de 200 habitantes, está la bodega boutique que también lleva con orgullo el nombre de su localidad. Se puede visitar el establecimiento, llevarse muy buenos vinos y de paso enamorarse de tan bello lugar, que tiene su acceso sobre la mítica Ruta 40.
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