Comenzó la temporada de ballena franca austral en Puerto Madryn y siempre es una fiesta ver a esos enormes mamíferos mientras cumplen con sus rituales: aparearse, dar a luz o amamantar a sus crías. Y todo ante los ojos de los locales y los turistas. Nadie pierde la fascinación que provocan cuando a lo lejos, desde la ventana del hotel, se ve un salto o una respiración que larga esos dos chorritos de vapor. Pero cuando se ponen verticales y las vemos alzar y mover su cola articulada, captan toda nuestra atención y dejamos de mirarlas sólo para sacarles más fotos. ¡Pensar que se quedan hasta diciembre!
Primero conviene ir al Ecocentro Pampa Azul que está en uno de los extremos de la ciudad. Allí se enseña todo sobre el Mar Argentino, los mamíferos y otras especies que lo habitan, y la Antártida. Son recorridos para hacer al propio tiempo, preparados de manera amable y muy didáctica. Entrada adultos, $ 2.800. Abre de miércoles a domingo de 15 a 19. Con una vista privilegiada de la costa de Madryn, tiene también una confitería en la que sirven café de especialidad e impactantes tortas con la costa como escenario perfecto. Para pasarse horas mirando el horizonte al reparo e intentando detectar ballenas. La confitería es de acceso libre durante todo el día.
Colas de ballena
Tradicionalmente hay dos tipos de excursiones para de verlas de cerca: una es hacer apenas 18 km hasta el Área Natural Protegida El Doradillo, donde se realizan los avistajes costeros que ilustran estas páginas. Allí se accede a la playa Las Canteras, donde está el guardaparque y hay carteles explicativos. Punto ideal para llevar mate, comida, sentarse bien abrigados en la arena y mirar hacia el horizonte. No pasará mucho tiempo antes de que empiecen las exclamaciones al ver ballenas. Se puede ir en auto propio o contratar la excursión de Zonotrikia Adventure, que completa la propuesta con una caminata en altura de bajo nivel de dificultad hasta el pequeño faro que se encuentra allí. La van acompañando con un relato de la vida de los tehuelches de la zona (hasta se ven restos de su paso) y del comportamiento de nuestro objetivo fotográfico: las ballenas. ¡Pasan tan cerca! El paseo termina con un almuerzo o merienda preparados especialmente por un chef local para que lo sirvan Beto y Matías, los guías.
La otra forma es embarcados en lanchas o catamaranes que salen de la arena (no en un muelle) de Puerto Pirámides y son arrastrados hasta el agua por potentes camiones. Con chalecos salvavidas puestos y la posibilidad de mojarnos un poco con el oleaje, salimos a la mañana con Punta Ballena y por la tarde con Southern Spirit para acercarnos de manera no invasiva a esos mamíferos y sus crías. Ahí fuimos voyeurs de su ritual de apareamiento y también se nos acercaron curiosos ballenatos dispuestos a jugar. Sorprende que, cuando quieren alimentarse, estos bebés de 3.000 kg golpean la glándula mamaria y la madre eyecta la leche (con alto contenido de grasa) en el agua que ellos tragan. La naturaleza es maravillosa. Al ir en dos momentos del día pudimos complementar a la tarde la observación de esas preciosas colas que quedan al descubierto, aparentemente en la previa al parto, cuando se colocan de manera vertical sumergiendo la totalidad de sus 40 toneladas por un largo rato.
Servicios
- Cómo llegar: 10 vuelos por semana de Aerolíneas Argentinas al aeropuerto El Tehuelche, también Flybondi. Desde $ 50.000 aproximadamente.
- Alojamiento: Yene Hue Hotel y Spa, Av. J. A. Roca 33, Tel.: 0800-333-8736 y +54 (0223) 5990421.
- Servicios: un avistaje embarcado ronda los $ 39.000 por persona, similar costo que el snorkel con lobos. La excursión a El Doradillo $ 29.000.
- Entrada a Península Valdez: $ 3.100 por adulto. Se paga en la caseta de control en El Desempeño, en el horario de 8 a 20.
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