Enclavada en la Patagonia argentina, la pintoresca localidad de Puerto Pirámides se alza como un destino irresistible para los amantes de la naturaleza. Rodeado por una reserva natural y pleno de aguas cristalinas del Golfo Nuevo, este destino ubicado a 94 km de Puerto Madryn se destaca por el buceo, además del avistaje de ballenas embarcado que ya te comentamos en otra nota y de las visitas entre los cañadones a las loberías y pingüineras en cualquier época del año. Pero es sumergidos que se puede ver de una manera insuperable una flora y fauna maravillosas.
Antes de meterse en este emocionante mundo submarino, pasar la noche en Puerto Pirámides es la manera ideal de comenzar la aventura. Descubrir la exquisita gastronomía local, especialmente sus delicias marinas, es un preámbulo perfecto para lo que vendrá. En la calma nocturna, el silencio es interrumpido por momentos por el sonido de la costa. Así se siente la emoción previa al acceso al portal que conducirá a los buceadores a dejar la tierra firme y zambullirse en las apacibles aguas del mar.
El buceo aquí es una actividad que no conoce barreras de edad ni experiencia previa. Lo único que se necesita es una actitud aventurera, mente abierta a nuevas experiencias y ganas de divertirse. Para los novatos, el bautismo submarino marca el inicio de esta apasionante travesía. La instrucción personalizada comienza con la colocación del traje de neoprene que permite resguardar la temperatura del cuerpo para hacer esta actividad en cualquier época del año, seguida de una navegación de 15minutos hasta el punto elegido. Allí, se imparten los códigos especiales para la experiencia submarina, incluyendo cómo "hablar" bajo el agua, cómo compensar los oídos y cómo respirar con el equipo autónomo. Se trata de una instrucción es personalizada.
Ya con las condiciones dadas, preparados, tranquilos y relajados, se abandona la superficie para incurrir en un mundo nuevo… Poco a poco, el sol que picaba en la cara se atenúa por el transparente velo del agua… los bautismos pueden alcanzar una profundidad de hasta 5 metros. Allí, el cuerpo suspendido experimenta movimientos que el andar terrestre no permite… Alrededor, la fauna marina circula de manera natural entre los visitantes y a veces hasta interactúa con ellos. Además del bautismo, en esta ciudad costera se dictan cursos para todos los niveles.
A la hora del almuerzo, recomendamos visitar El Refugio Restaurante, que abre sólo al mediodía, comandado por el chef salteño Pablo Blanco y un escueto grupo de colaboradores. Allí pueden encontrar cosas tan originales como aceitunas de la zona curadas y bruschettas con vermouth de Puerto Madryn, optar por un plato principal como pejerrey a la milanesa o capón en estofado (riquísimo!) y terminar con peras al Malbec con queso. Todo delicioso y con una gran calidez en la atención. Para ir a conocerlo.
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