Los pasajeros de un crucero embarcan en el primer
Aspen Snowmass: en busca del frío en verano
puerto del viaje y desembarcan en el último. Durante mucho tiempo,
esta fue la regla. Sin embargo, en muchos casos ya no tiene por qué ser así.
Por ejemplo, cuando el Aida Perla atraca los sábados en Palma de
Mallorca, muchos pasajeros desembarcan y otros nuevos embarcan. Sin
embargo, también los viernes hay un cambio de pasajeros, en
Barcelona. El término técnico correspondiente es interporting, un
modo de operación con el que las navieras ofrecen la posibilidad de
embarcar y desembarcar en diferentes puertos. Esto da a los pasajeros
más flexibilidad pero para las navieras las dificultades operativas
son un desafío.
”Por supuesto que sería más fácil hacer el cambio de pasajeros en un
solo día”, dice Nicolas Goelen, gerente general en el crucero Aida
Perla. Mientras que para algunos pasajeros es un día normal en el
viaje, otros inician o terminan el suyo. “Obviamente, no debe haber
restricciones en los servicios para los pasajeros”, subraya Goelen.
¿Pero por qué las navieras ofrecen el interporting? “Nos da más
flexibilidad respecto de la capacidad de los vuelos”, explica el
gerente general. Este factor es importante sobre todo para barcos
grandes como nuestro, con capacidad para más de 3.000 pasajeros. Y es que también en los aeropuertos grandes, como Palma de Mallorca, la capacidad está limitada. Para el viajero hay una ventaja: puede eligir como puerto de embarque la ciudad adonde
resulte más económico volar.
Según Helge Grammersdorf, director nacional de la asociación alemana
de cruceros Clia Deutschland, “para los barcos grandes, sobre todo,
puede ser una ventaja no llevar a cabo el cambio total de pasajeros
en un puerto”.
Las navieras internacionales como MSC, Costa o Norwegian Cruise Line, utilizan el interporting sobre todo para atender diferentes mercados. Por ejemplo, el Costa Diadema ofrece en su viaje de siete días por el Mediterráneo occidental posibilidades de embarque en Savona, Palermo, Civitavecchia, Marsella y Barcelona.
Naturalmente, los italianos embarcan sobre todo en los puertos
italianos, los franceses en Marsella y los españoles en Barcelona.
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También MSC explica que uno de los motivos fundamentales para ofrecer
el interporting es reducir en la medida de lo posible el viaje que el
pasajero tiene que realizar para llegar al puerto de embarque. Otro
aspecto es la flexibilidad: los pasajeros pueden elegir como puerto
de embarque aquella ciudad que les interese especialmente y donde
también puedan reservar eventualmente un programa de actividades
antes de subir al barco o después de desembarcar.
También MSC ofrece el interporting sobre todo en el Mediterráneo
occidental, con posibilidades de embarcar en Génova, Civitavecchia,
Nápoles, Valencia, Barcelona y Marsella. Igualmente, en las
rutas noreuropeas hay diversas posibilidades de embarque.
Norwegian Cruise Line ofrece diferentes opciones en las rutas del
Norwegian Breakaway en el mar Báltico (Copenhague y Warnemünde),
el Norwegian Epic en el Mediterráneo occidental (Civitavecchia y
Barcelona) y el Norwegian Spirit en su viaje alrededor de las Islas
Canarias (Barcelona y Málaga).
Naturalmente, la posibilidad de elegir diferentes puertos de embarque
cambia también el programa del viaje. En los cruceros clásicos se
organiza un acto de bienvenida y un acto de despedida, lo que ya no
es posible hacer en las rutas con interporting. Por esta razón, en el
Aida Perla, por ejemplo, ya no se ofrece una fiesta de despedida
sino una fiesta de traspaso.
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