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TURISMO | 13-03-2018 09:29

Más propuestas para descubrir en Puerto Madryn

Punto de entrada a un mundo de maravillas, es un destino ideal para los viajeros con espíritu de exploradores. A las actividades clásicas, suma nuevas propuestas de aventura por tierra y agua. Galería de imágenes.
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Como en un final de película perfecto, sobre un mar calmo, la ballena nada hacia el sol en el atardecer. Es el fin de un ciclo natural y de temporada para uno de los grandes atractivos de Puerto Madryn y la Comarca de Península Valdés. Esa escena pude vivirla en mi último viaje, a fines de noviembre, cuando llegué a esta región de la Patagonia para ver los nuevos atractivos que se presentan en la temporada de verano. Lo bueno es que la localidad siempre se renueva, las actividades que ya son un clásico ofrecen alternativas para mejorar la experiencia y hay propuestas que se agregan.

Por un lado está todo lo que tiene que ver con el turismo de naturaleza o ecoturismo, donde Madryn, es sin dudas, uno de los mejores lugares del mundo para ver especies animales en su hábitat natural. Las ballenas francas australes nos dicen hasta pronto pero llega el momento de los pingüinos, delfines, orcas, lobos y elefantes marinos.

También en Trelew

Por otro lado está el turismo activo, para los viajeros que quieran vivir experiencias sobre y bajo la superficie del mar, sus playas o la singular estepa patagónica.

Los vuelos de Aerolíneas Argentinas aterrizan en Trelew, a unos 62 km de Puerto Madryn, así que hay que aprovechar para darse una vuelta por el MEF o, si quieren el nombre completo, el Museo Paleontológico Egidio Feruglio. Es un museo diferente y el más importante de Sudamérica en su tipo. Podríamos decir que se trata de un centro de actividades científicas con entretenimiento para toda la familia. Siempre ofrece cosas nuevas sobre el pasado, porque sus investigaciones paleontológicas están en permanente avance. En el auditórium German Sopeña las proyecciones de documentales de primer nivel se actulizan y la sala dedicada a la Era Mesozoica, la de los dinosaurios, es la más importante y popular de la entidad.

Las noches de la estepa

El día de mi llegada, el viento patagónico mostró bastante de su poder. El mar estaba encrespado, lleno de corderitos, los blancos penachos de las olas. Así que había que olvidarse de las actividades en el agua, pero era un día ideal para el overlanding, las travesías en vehículos de doble tracción que tienen un modelo emblemático, el Land Rover Defender, que sirve para dejar los caminos de ripio y hacer fuera de pista por las dunas y las playas. Así se puede llegar a zonas privilegiadas de Cerro Avanzado y, desde varios puntos panorámicos, disfrutar de impresionantes paisajes que aúnan cielo, mar y estepa.

El punto de destino era la estancia San Guillermo, donde cenaría con el grupo de viajeros. Pero antes, Orlando Chaco Mendoza nos introdujo en en el mundo de la esquila de ovejas y la lana, la actividad principal de la estancia, abierta ahora a las inquietudes de los turistas.

Chaco es un gran contador de historias, un personaje que hay que conocer, como también lo es su hermoso caballo blanco Tordillo, una verdadera estrella de cine que ya trabajó en dos películas: “El faro de las orcas” y “Caballos salvajes”. Y también está la chulenguita Lupita, la mascota de San Guillermo que, una vez que te conoce, te sigue a todos lados como un perrito. Mientras que tomábamos mate con unas tortas fritas, había que cuidarse de Lupita, que tanto quería comerse las tortas como la mismísima yerba.

Playas para todos

En Puerto Madryn, desde el muelle en el centro de la ciudad hasta el Monumento al Indio, y frente a las generalmente calmas aguas del Golfo Nuevo, hay kilómetros y kilómetros ininterrumpidos de playa para caminar, correr, pasar un día de sol o practicar actividades náuticas. Las playas siempre son anchas pero, cuando la marea está baja, desde la Rambla puede haber varias cuadras de arena hasta llegar a la orilla. Por eso, salvo que uno busque lo contrario, es muy fácil encontrar un lugar aislado propio y que, a al vez, esté cerca de un parador con todos los servicios. En cuanto al clima, en verano las temperaturas máximas alcanzan los 35 ºC y unos 18 ºC en el agua del Atlántico, algo fría pero ideal para un corto chapuzón. Para los deportes en el mar, se está más confortable usando un traje de neoprene.

En toda la costa de la ciudad hay rambla, ideal para andar en bicicleta, skate o rollers. Los balnearios ofrecen diversas propuestas de actividades al aire libre y tienen buena gastronomía, con variadas y buenas cartas de almuerzo y cena. Entre los paradores están Coral, Náutico, Bistró de Mar, Popeye, Sara, Municipal PMY y Yoaquina. En muchos de ellos se ofrecen clases de windsurf y kite, paseos en kayak, alquiler de tablas y clases de stand up paddle y yoga, o bautismos de buceo y snorkeling con lobos marinos en Punta Loma.

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Pingüinos en San Lorenzo

En verano, la excursión más elegida por los amantes de la naturaleza es caminar entre pingüinos. Un clásico para visitar es el Área Natural Protegida de Punta Tombo, la mayor reserva continental de Pingüinos de Magallanes, con una población de adultos de más de 400.000 ejemplares. Pero ahora se agrega una nueva posibilidad al norte de Península Valdés: la Estancia San Lorenzo, que cuenta con una gran colonia. En transporte, lo mejor para llegar hasta allí o recorrer las grandes distancias dentro de Península Valdés es el Truck 4 x 4, un camión Mercedes todo terreno muy cómodo, con aire acondicionado y grandes ruedas tipo rally Dakar, que hace que ni se sienta el ripio del camino. Y no hay que olvidarse de los guías de primera. A nosotros nos acompaño Bernabé Berna Urtubey, que estudió biología y pudo explicar con lujo de detalle todo lo que fuimos viendo en la Comarca.

Llegados a San Lorenzo, la joven guardaparque Micaela guió a nuestro grupo por los agrestes senderos marcados con piedritas hasta las costa del mar, mientras contaba las particularidades del ecosistema y las precauciones que debíamos tener para no molestar a los palmípedos. Muchas madres pingüinas estaban con su crías grises, mientras otras todavía seguían empollando. Micaela también nos mostró los fósiles marinos de enormes ostras. La vuelta de la caminata fue por otro sendero y la excursión terminó con almuerzo en un gran galpón de esquila transformado en cómodo restaurante. San Lorenzo es ideal para probar una de las especialidades de la región: el cordero patagónico.

El recorrido en el Truck 4x4 siguió con una visita a Punta Norte. Allí hay un importante apostadero de elefantes y lobos marinos y, como en diciembre empieza su época de reproducción, es también el momento de ver a las orcas en acción. Científicos y fotógrafos de todo el mundo vienen al lugar para documentar el increíble ataque de las orcas cuando quieren alimentarse. Barrenan las olas para llegar por sorpresa hasta las crías de elefantes o lobos que están en la playa. Una habilidad aprendida, única en el mundo.

Kayak de mar

La actividad no es nueva pero sí lo es la variedad de verano organizada para el deporte. El golfo San José, al norte de Península Valdés, ofrece la posibilidad de vivir una primera experiencia inolvidable. Las salidas en kayaks de mar, rodeados de un paisaje costero tan espectacular, son de por sí una experiencia que justifica con creces el viaje. En general, se hacen con condiciones de mar calmo aunque, si hay un grupo de remeros con experiencia, se puede intentar salir cuando sopla el viento norte y hay olas, algo muy divertido y con una gran dosis de adrenalina.

Con el grupo hice una salida de un día hasta la Punta sin Nombre y la Caleta de los Lobitos, pero Juani Domínguez (Costas de Patagonia) y los otros guías autorizados a operar en la zona, ofrecen salidas de varios días con campamento. Un clásico es llegar hasta Punta Buenos Aires, la más oriental del golfo. En las salidas de varios días, se reman tramos de entre 14 y 22 kilómetros promedio, pasando por lugares como Playa Sector 39, Punta Cono o Playa Bengoa. A mitad de camino, cerca de Puerto San José, se desembarca en Playa Fracaso (en realidad Fracasso por los estancieros de ese nombre) para hacer trekking hasta los restos del antiguo fuerte San José de la Candelaria, destruido por los tehuelches en 1810. Otro atractivo imperdible es remar entre los lobos marinos de un pelo, en especial con los jóvenes lobitos que siguen a los kayaks como perritos y, a veces, hasta se suben a la cubierta.

Actividades subacuáticas

Puerto Madryn es la capital nacional del buceo y el lugar donde nació la actividad en la Argentina, por lo que uno no puede perderse la oportunidad de introducirse en el mundo submarino. Mezcla de ecoturismo con deporte de outdoors, la propuesta de snorkeling o buceo con lobos marinos es una experiencia fascinante. La Reserva Provincial de Punta Loma es uno de los muy pocos lugares del mundo donde se puede realizar; allí hay una colonia permanente de lobos marinos de un pelo, la más grande dentro del Golfo Nuevo.

“Punta Loma es especial porque, además de la presencia permanente de los lobos marinos, vemos que se han acostumbrado a la presencia humana y la interacción es mucho mayor. Estos animales son muy curiosos pero los que van a jugar siempre con los buceadores son las crías y los juveniles”, explica la instructora Carolina Larracoechea, de Scuba Duba.

Y Madryn tiene algo nuevo y único en la Argentina, una escuela de freediving, la modalidad de buceo también conocida como buceo libre o apnea. No se usan tanques sino que se busca alcanzar distancias, tiempo y profundidad conteniendo la respiración. Lo hay competitivo y también recreativo. El referente nacional es Alejandro Andrés, quien tiene un récord de –84 metros en la disciplina competitiva llamada FIM o inmersión libre–. Pero, por supuesto, se puede aprender a bucear sólo por puro placer, para explorar el mundo sumergido entre los 10 y los 20 metros de profundidad.

La zona de Madryn y Península Valdés ofrece un abanico de opciones para las mountain bikes, y una de ellas es ir hacia el noreste, para Punta Ameghino. Se empieza a pedalear desde un punto panorámico muy conocido, llamado Punta Flecha. Para llegar hay que dejar la Ruta 42 y seguir por una senda para bicis que corren muy cerca del mar. Es un recorrido a un ritmo tranquilo porque hay mucho para ver y permite hacer varias paradas en el camino.

Se visita playa La Cantera, lugar por excelencia para observar ballenas francas desde la costa durante la temporada. Después se continúa bordeando la costa norte del área protegida, que tiene muchos acantilados con puntos panorámicos para detenerse a tomar fotos. Se sigue parando en diferentes playas, entre ellas Cantera Chica y Playa Bañuls, hasta llegar a la zona de Punta Ameghino, uno de los lugares más lindos que tiene la zona, con una vista increíble y una paz única. Es un lugar muy exclusivo al que sólo se puede acceder en bicicleta o caminando.

Nota completa publicada en revista Weekend 546, marzo 2018.

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Federico Svec

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