Pocas guitarras han inspirado un comportamiento más
salvaje en el escenario que la Fender Stratocaster. Jimmy Hendrix la
destrozó después de tocar “Wild Thing” en el festival de Monterey de
1967 y le prendió fuego con gas líquido ante sus fans perplejos.
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Hoy, la Fender Stratocaster es una de más de 40 históricas guitarras
eléctricas expuestas en vitrinas en el Museo ABBA de Estocolmo,
aunque no son originales sino réplicas exactas en las que incluso
aparecen detalles de su uso como arañazos, hendiduras o pequeñas
quemaduras.
No lejos de ahí hay una réplica de la raída Fender Stratocaster
Blackie que Eric Clapton tocó en canciones famosas como “Layla” y
”I Shot the Sheriff”. Clapton usó partes de otras tres guitarras que había comprado en 1970 para crear el original, que fue vendido en una subasta en 2004 por la
friolera de 960.000 dólares.
A veces, Clapton metía un cigarrillo entre las cuerdas del clavijero
cuando tocaba un solo. Los cigarrillos se quemaban y dejaban marcas,
dice el dueño de la colección, Claes af Geijerstam, quien curó
la exposición “Guitars of the Stars”, compuesta por réplicas de
legendarias guitarras tocadas por artistas como BB King, Peter Green,
Slash y Jeff Beck.
”Las he tocado todas, a veces con amigos”, dice Af Geijerstam, quien
fue guitarrista de la banda de pop sueca Ola & The Janglers en la
década del '60 y más tarde diseñador de sonido para ABBA.
”Hay que sacarle el alma a la guitarra. La madera tiene que vivir”,
explica el experto entusiasmado. Af Geijerstam comenzó coleccionando
sus propias guitarras y compró otros originales pero cambió de
táctica cuando se dio cuenta de que había tiendas especiales que
fabricaban réplicas exactas que eran más asequibles. Los originales
muchas veces permanecen en manos de sus propietarios y, cuando los
venden, sacan por ellos cantidades enormes.
Algunas de las emblemáticas guitarras expuestas llevan las firmas de los
guitarristas que las hicieron famosas. Entre las favoritas de Geijerstam en la exposición hay una Gibson Les Paul que fue propiedad de Slash, “porque está muy raída”, y una Les Paul Pearly Gates 1959 que fue usada por Billy Gibbons, de la
banda ZZ Top, que tiene un sonido magnífico y, como decía Gibbons,
”abre las puertas del cielo cuando escuchas cantar a Pearly Gates”.
Hendrix fue, junto con Gary Moore, Jeff Beck y Rory Gallagher, uno de
los grandes guitarristas que tocaban la icónica Gibson Les Paul 1959
del fundador de Fleetwood Mac, Peter Green, que también se puede ver
en la exposición. La leyenda del blues BB King dijo alguna vez que
esta guitarra tenía “el sonido más dulce que jamás he oído”. El
original está en manos de Kirk Hammett, de Metallica.
En varias vitrinas hay clips de audio que cuentan la historia de la
guitarra, por ejemplo el motivo por el que BB King llamó a su
guitarra Lucille; lo que inspiró “Smoke on the Water” de Deep
Purple, con el conocido riff del guitarrista Ritchie Blackmore, o
cómo la cantante y compositora Sheryl Crow consiguió una réplica de
la Fender Custom Telecaster de 1959. La exposición incluye videos que
muestran el proceso de fabricación de guitarras y un concurso
organizado por Af Geijerstam.
”Desgraciadamente -dice el comisario sueco- las guitarras no pueden
estar expuestas fuera de vitrinas debido al riesgo de que sufran
daños o se pierdan algunas partes”.
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