Thursday 18 de April de 2024
SITIOS EXTERNOS | 28-12-2015 16:27

Cuna de salmones

El lago y el río Traful ofrecen, entre otras, una de las especies más codiciadas por los amantes del fly: el salmón encerrado.
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Nadie puede negar que Traful es un lugar mágico, un epítome de belleza en una Patagonia andina de por sí subyugantemente hermosa. Si bien las glaciaciones

cuaternarias esculpieron enormes cubetas lacustres en toda la región, este valle adquirió un carácter monumental.

Pero esa “magia trafulera” no es solo patrimonio del paisaje, sino que también existe en sus aguas, bajo la forma de salmones atlánticos encerrados antiguamente conocidos como sebagos. Durante mucho tiempo se consideraron a las formas encerradas y anádromas del salmón atlántico como especies o subespecies diferentes. Tras

recientes estudios de ADN se unificó el criterio de reconocerlos como una sola, con la única diferenciación de su comportamiento: anádromo si viaja al mar y encerrado si realiza todo su ciclo en aguas dulces. Actualmente la denominación de “salmo salar sebago” no es válida.

Los salmones encerrados son peces musculosos, de cuerpo cilíndrico y formas estilizadas. Su aleta caudal de gran tamaño presenta un borde en forma de V y carece de pintas. Como seña particular presenta un pedúnculo caudal muy escotado que posibilita asirlo con la mano. Su coloración es plateada, azulada o gris acerada, con unas pocas manchas en forma de X o XX. Ya maduro, en plena época de reproducción, adquiere una pigmentación café muy similar a la de una trucha marrón residente.

El salmón es un nadador excepcional, con una hidrodinámica que sorprende. Basta

verlo cómo se mantiene en correderas de vértigo, con el cuerpo tieso y moviendo ligeramente las aletas para entender su eficiencia. Depredadores oportunistas, en la adultez adquieren un intenso carácter piscívoro, que los hace visitar las salidas de arroyos que arrastran un gran número de truchitas recién eclosionadas.

A pesar de que fue una de las especies prioritarias en las introducciones a principios del siglo XX, el salmón encerrado sólo generó poblaciones autosostenibles en muy pocos sitios, debido a sus estrictos requerimientos ambientales. Tanto el lago como el río Traful son ámbitos donde se desarrollan las poblaciones más importantes de salmón encerrado en Patagonia: por lejos el más aristocrático, peleador, elusivo y psicópata de nuestros salmónidos. Un pez, que aunque por reglamento es de estricta devolución obligatoria sin importar donde se lo pesque, aún se lo sigue matando por ego o ignorancia. Lamentablemente cuesta muchísimo que la gente entienda su valor turístico, biológico y recreacional; y así sigue la lucha…

Nota publicada en la edición 519 de Weekend, diciembre de 2015. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

28 de diciembre de 2015

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Diego Flores

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