La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció, a través de un comunicado de prensa virtual, que existen pruebas certeras acerca de la transmisión aérea del COVID-19, después de que un grupo de 239 científicos internacionales alertara en una carta abierta sobre esta posible forma de contagio. “Reconocemos que surgen pruebas en este sentido y por tanto, debemos permanecer abiertos a esta posibilidad y a sus implicaciones, así como a las precauciones que deben adoptarse”, declaró Benedetta Allegranzi, funcionaria de la OMS.
"La posibilidad de una transmisión por vía aérea en lugares públicos, especialmente llenos de gente, no puede excluirse. No obstante, se tienen que reunir las pruebas e interpretarlas. En cuanto a los espacios cerrados la mejor manera de evitar los contagios es una ventilación eficaz y la distancia física. Cuando no es posible, aconsejamos el uso de mascarilla”, agregó la reconocida especialista.
Por su parte, el director general del mencionado organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, confirmó que, lamentablemente, el COVID-19 no solo ha tenido un fuerte rebrote en varios países del mundo sino que, lo más preocupante aún, es que se está acelerando, tal como lo demuestran las últimas cifras. Aunque, por el contario, se ha estabilizado su letalidad, ya que muchos países han logrado reducir el número de muertes. “Se tardaron 12 semanas (los tres primeros meses de 2019) para alcanzar 400.000 casos de COVID-19, y sólo el pasado fin de semana ya hubo ese mismo número de nuevos casos en todo el mundo”, aseguró en una conferencia de prensa virtual.
En cuanto a las alarmantes cifras, manifestó que “muestran claramente que no se ha alcanzado el pico de la pandemia, con un ritmo actual de unos 200.000 nuevos contagios diarios, aunque el número de muertes parece haberse estabilizado a nivel mundial, en torno a 5.000 decesos informados a diario desde principios de mayo. La letalidad que superó el 5% cuando el epicentro estaba en Europa, ahora se encuentra en el 4,5%, debido a que algunos países han puesto en práctica acciones para proteger los grupos más vulnerable. Como, por ejemplo, personas en residencias de ancianos y otros centros de cuidados”, dijo.
Por último, la máxima autoridad de la OMS subrayó que el organismo sigue considerando a esta pandemia como “un enemigo público número uno, porque combina su rápida transmisión con su carácter letal por lo que desde la OMS volvemos a hacer un llamado a la unidad global, por encima de las divisiones políticas, en la lucha contra esta enfermedad”, concluyó Ghebreyesus.
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