Los meses más fríos, especialmente julio y agosto, aletargan a los pejerreyes y la pesca se pone más difícil. Ya para septiembre, con mejores condiciones climáticas y el aumento de la temperatura, los peces salen de su letargo en búsqueda de comida. Conociendo estas condiciones piscatorias, nuestro amigo Omar, de El Tigrecito, planificó una excursión para el pasado fin de semana a una de las lagunas más destacadas de la zona de Madariaga, hablamos de Salada Grande, un espejo ideal para ir en búsqueda de estos trofeos. Frecuentemente, desde su comercio sito en Carmen de Areco, realiza salidas de pesca con sus clientes. Anteriormente habían visitado Hinojo Grande con muy buenos resultados y ya están planificando el regreso a La Salada y una visita a Mar del Plata.
Se formó un grupo de 12 cañófilos con gente de Carmen de Areco y Mercedes, partiendo desde la puerta del local a la medianoche, para llegar seis horas después al Club de Madariaga. El viaje fue muy ameno, mientras cada pescador contaba sus anécdotas de pesca y todos concluyeron en que tenían la esperanza de sacar un pescado grande ya que Madariaga los tiene. Ingresaron al bar del club, donde se les sirvió el desayuno incluido en la excursión. Para destacar, el sólo hecho de ver los trofeos embalsamados que hay en el lugar, al pescador se le pone la piel de gallina, soñando con dar con alguno de estos terribles matungos, que al final se iba a dar por suerte. Tras recargar energías, recibió una bolsa de mojarras vivas cada aficionado y se abordaron los tres truckers con guía ya reservados.
Un clásico que está en ascenso: Salada Grande
Los primeros piques no se hicieron esperar, con portes muy buenos que iban de los 400 a 700 gramos, con alguno de kilo entreverado. Todos picaron con líneas de flote de tres boyas, preferentemente Cauque, siendo la forma más destacada la chupetona. en dos colores para visualizar mejor el pique. Y hablando de tonos, el amarillo y naranja o blanco y rojo fueron las mejores combinaciones. Las brazoladas, fueron con profundidades entre quince y veinticinco centímetros. La pesca se mantenía firme, conformando a todos, incluyendo a los organizadores. Pero algo faltaba. Al mediodía, mientras estaban almorzando una picada a bordo, le llega un mensaje a Omar. Provenía del guía de la otra embarcación, donde uno de los cañófilos, Lucio, había logrado un matungo de 2,160 kilos, lo que produjo una algarabía generalizada entre todos los grupos que participaron.
Pejerreyes desde la orilla en La Salada
Fue el broche de oro a una salida que dejó más que conformes a todos y que se comentó mucho, mientras degustaban una choriceada antes de pegar la vuelta, ya que Omar salió unos minutos antes y espero a los pescadores con un agasajo. Tiempos de veda, sólo se puede pescar los sábados, domingos y feriados, con cupo de veinte pejerreyes por pescador, pero también es momento de matungos, ya se activaron y es el momento de ir por el trofeo.
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