Friday 3 de May de 2024
PESCA | 26-11-2023 10:00

Pesca original: lisas entre vacas en la Autovía 2

En el Km 175, más precisamente en la laguna La Boca, capturamos los primeros ejemplares de la temporada. Una especie de por sí esquiva, que este año suma la dificultad de la falta de precipitaciones.
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En el corredor de la Autovía 2 hay un destino fijo que alberga a la lisa: la laguna La Boca, donde también se capturan otras especies como pejerreyes, bagres y dientudos. Para llegar hay que transitar por esa ruta hasta el Km 175 y, en el cruce de ruta provincial 41 que conduce a Pila, girar a la derecha (si vamos desde Capital Federal). Tras unos 15 km de camino se arriba –a mano izquierda– a la ex San Lorenzo, un ámbito situado en el partido de Castelli. Pero para llegar a este pesquero –que por las escasas precipitaciones en este momento tiene una cubeta de 900 hectáreas– aún falta recorrer un camino vecinal de 2 km que lleva a una tranquera que en esta temporada se abre los viernes, sábados, domingos y vísperas de feriado.

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Hasta allí llegamos en compañía de nuestro amigo Hugo Di Marco y del referente local que actúa como guía autorizado: Esteban Toffani, también gran conocedor de este ámbito que tiempo atrás comenzaba tu temporada en esta época, cuando las lisas se largaban a comer, y que otra vez decidimos intentar desde la costa vadeando en los lugares donde se encontraban los bajos de la laguna para ver cómo venía la pesca.
Para no fallar, en las comunicaciones telefónicas previas acordamos que el día de visita sería uno sin viento y de mucho calor, porque de otra forma no obtendríamos resultados, ya que los ejemplares no se venían dando a causa de las bajas temperaturas nocturnas que periódicamente castigaban la zona. Recordemos que es una especie veraniega y que todavía no come firme a causa del velo de la membrana que tapa sus ojos en la época invernal, característica que desaparece por completo cuando llega el verano.

Equipos y lugar

A las 9 de la mañana, cuando llegamos al predio, el día se presentaba tal cual lo habíamos previsto: poco viento y con temperaturas que iban en ascenso desde los 15 hasta los 26 grados al mediodía. Inmejorable para dar con las lisas. El primer lugar que dispusimos para probar unos lances fue la desembocadura de el arroyo Camarón. Ello es porque la lisa entra constantemente a alimentarse de líquenes y musgos. Optamos en esta oportunidad por líneas aéreas armadas, también llamadas x21. Pero no fueron las únicas: también utilizamos aparejos de 4 a 5 boyas yo-yó de 25 mm en colores blanco y amarillo. El encarne elegido fue panza de lisa coloreada con purpurina y saborizada con vainillín, además de lombrices, peceto y tiras de rabas fileteadas como si fuesen lombrices, todas teñidas con colorante. Estos últimos cebos son para que los desencarnadores –como dientudos, mojarrones y pejerreyes– esquiven la carnada. En este espejo hay mucho pique de esas especies y, sabiendo que la lisa es muy asustadiza, toma-mos todos estos recaudos por consejo de los guías.

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La primera se dio a las 11 de la mañana con una corrida sorprendente que, de golpe, llevó el aparejo que estaba en el agua con el cañero enterrado y la estrella floja para que no cortara el multifilamento. Hugo la pudo prepear hasta arrimarla a la costa de poca profundidad. No es fácil pescar esta especie en un espejo en el que –además– hay vacas cerca. Hay que tener en cuenta separarse del compañero, como así también –concretada la captura– alejarse unos metros del cardumen y esperar a realizar el lance. A estos detalles sumamos no hacer ruido en el agua y alejarse de la orilla para que no dé el reflejo de la sombra en el cauce.
La segunda tuve la suerte de sacarla yo, a la una del mediodía y con una clavada certera. Pude arrimarla a la costa y cansarla lo suficiente para no alejar el cardumen que se veía bular en el agua. Ya habíamos errado dos piques antes de esta captura, tal vez porque el pez no vio la carnada con precisión por lo comentado anteriormente, En estos casos sucede que se lleva puesta la línea o el multifilamento, ya que nada al ras del agua y se asusta si ve algo en su entorno.

Y el cardumen se espantó...

Finalmente llegó el ultimo pique en manos de Hugo a las tres de la tarde, momento en el cual decidimos dar por concluida la pesca debido a que el viento comenzó a incrementarse y una siembra del campo aledaño depositaba su sedimento en el agua, factor que espantó al cardumen por completo. Recordemos que la lisa es una especie migratoria que navega varios kilómetros por día en busca de alimento en forma nómade, por lo que debemos considerar que para pescarla se necesita mucha paciencia y hacer bien los deberes a la espera de que se largue a comer. Sin duda, es muy difícil llevarse una cosecha de ejemplares a causa de que el mismo barullo del pique espanta a sus compañeras.

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La pesca de la lisa fascina a sus seguidores, tal vez porque es una especie muy calificada que, para  dar con los cardúmenes, exige jornadas agotadoras de caminata por los cursos de las lagunas, ríos y arroyos, lo que a veces nos deja con las manos vacías y con muy pocas satisfacciones que no se olvidan. Por eso en estos casos recomendamos contratar el servicio de guías locales, quienes nos ayudan a ser más certeros y a no fallar.

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Gustavo Frontoni

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