En laguna La Boca se pesca prolijo y fino

Para muchos pescadores, este espejo se llama San Lorenzo, el nombre que se la conoció en las últimas tres décadas al menos, pero para los más jóvenes o los que conocieron la historia, siempre fue La Boca. Según cuentan, ese nombre nace de que el espejo está conectado con el río Salado por el arroyo San Miguel, en lo que hoy es el partido bonaerense de Pila. Los antiguos indígenas moradores del lugar, llamaban así a esta laguna. En honor a ello, en un cambio de propietarios del ámbito, se restituyó el nombre histórico a la que, durante mucho tiempo, se conoció como laguna de San Lorenzo.

Este espejo no escapa a la situación complicada que viven los cursos de agua aledaños a la Autovía 2, con una dura sequía que eliminó a muchos ámbitos del circuito de los pescadores. En este caso, aguantó y sigue con buena población de pejerreyes, a diferencia de la vecina Altos Verdes, que no pudo subsistir. Tras un inicio de temporada prometedor, tal como contamos en recientes notas en Weekend Web, cuando llegó el frío, todo cambio y la pesca se volvió muy difícil. 

Charlamos asiduamente con el guía Esteban Toffani, conocedor como pocos de este espejo y quien en cada contacto nos habla con total sinceridad, y nos confirmaba ese momento difícil para pescar en la laguna, con una actividad muy dura y un pique que obligaba a no fallar. Recomendaba ser muy prolijo y fino con todo, desde las carnadas a los aparejos que se debían elegir de acuerdo al viento, con más brisa, boyas más chicas, a menores intensidades, boyas más grandes, aunque sin excederse. La línea debe trabajar lenta, el pejerrey está lerdo para comer y pica en forma muy sutil, lo que obliga a estar muy atento y preciso en la clavada, ya que la llevada puede tornarse casi imperceptible para un aficionado común, no tanto para el guía, que, al estar tanto arriba del bote, falla mucho menos. Eso se nota a la hora de pensar en la cantidad, ya que en la eficacia están los resultados. Lamentablemente, hoy no hay 50 piques en la jornada de pesca, puede ser la mitad, por lo tanto, errar mucho significa volver con el tacho casi vacío o aproximarnos a la cuota.

Lo que no negocia la laguna en este momento es la calidad, muy buen pejerrey que oscila entre los 400 a 600 gramos, mezclándose alguna sorpresa, y, obviamente, piezas chicas pero que son de medida. Esta semana, la buena noticia vino con el clima más benévolo, la buena temperatura permitió que el pique sea más intenso, aunque siempre respetando las premisas que nombrábamos. No hay que estar mucho tiempo sin actividad, hay que irse moviendo, porque, en muchas ocasiones, se dan dos o tres capturas y se corta. Las mañanas son más duras, las tardes mejoran y el cierre, antes de salir, es la mejor hora para aprovechar. 

El nivel de la laguna no ha cambiado, había mejorado unos 40 cm tras aquellos 135 mm de hace algunos meses, pero, tras ello, no volvió a llover y no pudo seguir mejorando. Es necesario que eso cambie, ya que el verano puede ser letal, aunque la ilusión es que se cumplan las promesas de precipitaciones abundantes que se están viendo en muchas zonas de la provincia de Buenos Aires, pero que, por ahora, no se han dado firmes en estos espejos más cercanos a CABA. 

En el balance final, podemos decir que La Boca, aún con falta de agua, es un espejo prometedor, de gran población de pejerreyes, y que tiene una importante diferencia de rendimientos y perspectivas a futuro, con otros espejos del corredor de la autovía 2, ya sea por la calidad de sus ejemplares, o la cantidad, si nos soplan buenos vientos. 

Servicios:

• Accedemos a la laguna por el club Laguna La Boca (Tel.: 02243 498121), pesquero con ingreso en el Km 16 de la Ruta 41. Este punto nos permite una cómoda entrada por un canal que evita que nos mojemos o debamos hacer piruetas para entrar al agua. 
• Guía Esteban Toffani. Tel.: (02241) 497094,