Salió sin la caña pero volvió con pescado. Hablamos de Carlos Navarro, vecino de Madariaga que desde hace un tiempo está radicado en Claromecó, Éste fue quien advirtió que algo extraño estaba pasando, ya que su compañero de paseo, un perro llamado Zeus, ingresó al agua y comenzó a ladrar, tratando de indicarle algo a su acompañante. Debido al frío reinante, Navarro no pudo meterse al mar, por lo que la mascota continuó moviendo algo con sus patas hacia la orilla. Cuando el objeto quedó varado, el hombre pudo finalmente adentrarse y extraerlo: se trataba de un pez, específicamente un atún o bonito que apareció de forma repentina e inesperada, según señala el diario La Voz del Pueblo de Tres Arroyos.
Tras el asombro inicial, Navarro decidió llevarse la captura del can para consumirlo. En el camino se cruzó con un pescador, quien le confirmó que se trataba de un atún. El insólito hallazgo se convirtió en toda una novedad para los pobladores de la ciudad del partido de Tres Arroyos, y si bien aún no pudo determinarse cómo llegó el animal a la costa, Navarro ya piensa en cómo degustarlo.
Según señala el portal tresarroyense, estos peces aparecen cada tanto en las costas argentinas, y ejemplares como este pertenecen a la especie Allothunnus fallai (atún lazón), donde los machos pueden llegar alcanzar los 105 centímetros de largo y pesar 13,7 kg.
Dicho diario consultó a Lucas Mulder, pescador artesanal local quien explicó que “Claromecó no es zona de túnidos, los que son más bien de la zona del Ecuador. En las redes hemos agarrado más grandes, alguno de veintipico de kilos, muy parecido al de esa foto”, reveló este aficionado que mencionó que todo esto puede pasar, al igual que la aparición de un abadejo, que es otro pez de profundidad, a diferencia de los túnidos, pescados de media agua, pelágicos, que andan siempre ahí, de media agua para arriba en general.
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