La idea inicial era viajar el domingo 9 de junio para realizar un relevamiento de pesquero La Redonda, en Hinojo Grande, el imponente espejo de agua de Trenque Lauquen. Habíamos recibido la invitación del guía Daniel Gasol, a quien visitamos hace poco tiempo en otro ámbito, pero al consultar el pronóstico extendido para esa jornada, nos encontramos con ráfagas de 50 km/h de viento, lo que nos obligó a adelantar la visita 24 horas. Ese cambio generó que dos de los pescadores que serían parte de la salida se bajaran del programa, quedando solo con mi hijo Enzo, por lo que decidimos sumar a mi nieto Vicente Toledo, de 8 años, quien ya nos ha acompañado en varias excursiones..
Salimos bien temprano para estar a eso de las 8 de la mañana en el pesquero, donde como siempre nos recibió Mauro con tantas atenciones. Hubo tiempo para tomar unos mates, pasar por la proveeduría y a eso de las 10 nos subimos a la lancha. Como el viento en la previa, ahora era una espesa niebla la que nos complicaba, por lo que comenzamos a navegar despacio buscando donde largar el primer garete. Prácticamente ese primer intento sería adivinando el lugar, mientras armábamos los equipos y comenzamos a pescar.
La laguna estaba casi planchada, siendo los primeros tiros con la embarcación sin lastre para lograr que se moviera un poquito y así poder hacer un pequeño garete. Por consejo del guía, y siguiendo el dato de lo que se venía dando los últimos días, las brazoladas las preparamos entre 15 y 35 cm. La carnada fue la mojarra viva, la que venden en el mismo pesquero y que es conveniente encargarlas previamente.
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Como esperábamos, los piques comenzaron a sucederse, muy seguidos y con mucha frecuencia. La calidad era variable, ya que nos encontramos con abundantes ejemplares chicos, mucho mediano y haciendo las cosas bien se logran también pejerreyes grandes. Como abuelo, fue un placer ver a mi nieto pescar de flote, con una telescópica de 2 m y una línea muy sutil armada para ese largo de caña. Verlo renegar cuando erraba un pique, disfrutar al clavar un peje y seguir inculcándole la devolución de las piezas que no dan la medida, para que siga concientizándose en cuidar este recurso fue algo impagable.
Cuando llegamos al mediodía, ya teníamos la mitad de la cuota en la embarcación. En ese momento ya comenzaba a despejarse la niebla, y Daniel nos sugirió movernos a un lugar donde habría menos pique, pero los portes mejorarían considerablemente. Allí, tal cual nos lo anticipara nuestro amigo, comenzaron a picar pescados más lindos, muy peleadores, los cuales tomaban tanto mojarra viva, como fillet de dentudo o pejerrey que habíamos preparado en el lugar.
A esta altura de la tarde, el viento que fue creciendo paulatinamente ya soplaba a unos 30 km/h y el pejerrey picaba y picaba. Advertimos que, con esa condición, la efectividad del clavado era mayor a la que teníamos con laguna planchada, cuando el pejerrey toma con mucha más desconfianza el engaño y se malogran muchos piques.
Para las tres de la tarde, luego de haber comido en la embarcación y sin escuchar el consejo del guía que nos decía que a última hora se dan los grandes, pero ya teniendo la cuota y tras devolver más de 30 pescados, optamos por volver a la costa para emprender el regreso. Al llegar al embarcadero nos recibió el Chufa, un personaje super querible que esta siempre dispuesto a dar una mano para lo que necesiten los pescadores y quien además hace el servicio de fileteo en el lugar.
Cerramos una jornada para el recuerdo con la felicidad de poder pescar junto a la familia. Sin duda, será de esos momentos nos van a quedar para siempre tanto en nuestra memoria como en la de ellos.
Servicios:
- Daniel Gasol. Guía de pesca embarcada en Hinojo Grande. Tel.: (02364) 364281. En redes, Instagram y Facebook.
- Mauro del pesquero La Redonda. Tel.: (02392) 563852 o 512366.
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