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PESCA | 27-12-2023 15:15

El regreso al mojarrero en Villa Paranacito

Este elemental equipo de pesca nos brindó grandes satisfacciones con dorados, bogas, cabezas amargas y bagres. Por: Gabriel López Rivera. 
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Para despedir el año decidimos visitar la provincia de Entre Ríos, exactamente a Villa Paranacito, en las cabañas Puerto Alto Delta. Un hermoso lugar al que llegamos alrededor de las 21 hs, con una parada previa en el Puesto El Dorado, antes de subir el segundo puente de Zarate Brazo Largo, para comprar lombrices.

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En la cabaña bajamos el equipaje del vehículo e inmediatamente, junto a mi compañera de viaje, Gladys, nos dirigimos al amarradero del lugar, ubicado a 30 metros de la cabaña, con la intención de obtener alguna mojarra para hacer algún intento con las tarariras durante la noche. 

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La paz del lugar es algo que conmueve, el sonido de la naturaleza me permitió escuchar el chapoteo de los peces muy cerca de la costa. Fui hasta el reflector ubicado en el extremo del muelle y observé un gran cardumen de sábalos y alguna silueta de color amarillo, que me hizo suponer que trataba de carpas. Pero luego, pude apreciar que se trataba de dorados. Mi asombro fue muy grande y a mano solo tenía mi humilde mojarrero. Sin otra opción, hubo que jugársela con esa arma. Encarné una lombriz, liberé todo el nylon, que serían unos 3 metros de un delgado hilo de 0.15 milímetros. La boya la ubiqué para que trabaje a 50 centímetros de profundidad y con la mano arrojé la línea. Inmediatamente, la pequeña boyita se hundió y clavé produciéndose una hermosa y frenética lucha,  ya que al no tener reel, sólo contaba con el largo de mis brazos para ceder algo de distancia. Con mucha dificultad, lo trabajé durante 10 minutos lentamente y, con la ayuda de Gladys, pudimos finalmente subir un hermoso doradillo. Sin duda tuvimos mucha suerte, pues el diminuto anzuelo para larga del mojarrero se había clavado en el labio del maxilar superior de la mandíbula y por eso quedó lejos del alcance de la poderosa dentadura. Una vez liberado, foto y al agua.

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Gladys se fue a probar suerte al extremo opuesto del amarradero donde también había otro reflector, esta vez con el equipo adecuado y con una boya plop con un leader de acero y un anzuelo 7/0 encarnado con una mojarra. Logró otro dorado de mayor tamaño, también devuelto a su medio. "Vaya comienzo", pensé, pero luego el pique se cortó. Los peces huyeron del lugar y no picaron más, así que el sueño ganó y nos fuimos a dormir.

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Al día siguiente, ni bien amaneció, con mi equipo de baitcasting con señuelos, salí a buscar dorados y tarariras. Recorrí todo el lugar sin un pique. No podía creerlo. Así que volví a las fuentes, nuevamente al mojarrero. Primero obtuve varias mojarras y luego decidí buscar más abajo, bajando la profundidad a 1 metro, y ahí comenzó la fiesta de piques de bogas de 3 puntos. Una actividad impresionante con una docena de capturas de esta combativa especie con esta modalidad.

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Luego, siempre con el mojarrero, realicé los lances más cercanos al amarre, casi debajo de las tablas, y apareció una especie sorprendente, cabezas amargas, ese primo lejano del tucunaré nos dio hermosas peleas con muy lindos portes.

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Buscando en el centro del arroyo, con la caña correspondiente, se dieron hermosos bagres amarillos, mientras Gladys disfrutó de una gran palometa de color oscuro azulados, debido a la gran crecida del Uruguay. Hay que decir que el lugar tiene un gran nivel hídrico, con un color del agua transparente, por lo tanto, todos los peces son de coloración oscura ya que se mimetizan con su entorno.

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Por último, con señuelo tuve un pique de un hermoso dorado que tomó el engaño en un lance hacia la costa, donde había muchos sábalos. En su gran salto se liberó del artificial, luego en la orilla pude obtener otra gran palometa que tomó un señuelo de paleta corta.

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Sin dudas, la gran crecida que azotó a la cuenca del Plata trajo muchos peces a este lugar y, si a ésto lo acompañamos con buenos servicios, todo cierra perfecto. Hay alojamiento en cabañas para cinco personas, las cuales están totalmente equipadas o dormis para cuatro. Un sitio enmarcado en un entorno de máxima tranquilidad, paz y naturaleza, un paraíso para visitar en familia y enseñarles esta pasión a los más pequeños.

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Servicios:

  • Cabaña Puerto Alto. Tel.: (011) 6557-7148. Instagram.

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