Del fracaso al éxito, las dos caras de la moneda en Mar Chiquita 

Mar Chiquita es de esos pesqueros que enamoran, con una multiplicidad de especies que hace que podamos disfrutar de distintas modalidades con sólo recorrer un par de kilómetros. Desde grandes corvinas negras a tiburones para los amantes de las grandes emociones, pasando por los lenguados, una tentación con fly, señuelos blandos o carnada, hasta las lisas, enigmáticas como mañosas, pero un imán para el aficionado que encuentra en este destino portes inolvidables. Como si esto fuera poco, en este lugar abundan los pejerreyes y la variada, generando que ir a la albufera sea una atracción muy fuerte.

En este mes de diciembre que empezó a transitar su último tramo, charlamos con alguien que la conoce y mucho como Jonatan Burgos, el popular “Jony”, quien alterna guiadas en Salada Grande con Mar Chiquita. Pasa de los pejerreyes en los intrincados juncales de la laguna de Madariaga con las indescifrables actitudes de la lisa. 

Jony estuvo el fin de semana, antes del temporal que golpeó a gran parte del territorio bonaerense. Tras varias jornadas donde el movimiento de agua afectó la pesca del lenguado, optó por la lisa que venía firme en distintos puntos de la albufera. El viernes salió desde Juan y Juan, con una pesca muy dura, logrando en toda la jornada sólo siete lisas, en un día que la mayoría de las embarcaciones logró muy pocas capturas. Notaron que el pescado estaba encajonado en inmediaciones a San Gabriel, y con poca agua, no podían llegar hasta allí, por lo que optaron por trasladar, para el sábado, el bote a este pesquero ubicado aguas abajo. El grupo que contrató los servicios del guía había programado dos días de pesca, por lo que la revancha quedaba a la vuelta de la esquina.

Entraron a las 8 de la mañana, y en el primer tiro ya salió una buena captura. La expectativa por una buena jornada se acrecentaba, y no se fallaría en esta ocasión. Vendrían muchas piezas chicas, lo que obligó a moverse, a pesar de que estaban con mucha actividad. En el nuevo point, otra vez abundante presencia de la especie, pero con buena calidad en esta ocasión. Hasta las 2 de la tarde lograron 70 lisas, demostrando una vez más que, muchas veces, no es la forma de pescarlas ni la experiencia, sino que tiene que tener ganas de comer y que se den las condiciones acordes. Decía Jonatan que es clave que el agua esté limpia, lo que obliga a navegar bastante. Y que haya caudal para que no se mueva tanto el pescado. La panza de lisa lleva las palmas como carnada y entre los aparejos, los clásicos con boyas doble cono y esféricas chicas, en colores blancos y verdes. 

Dos crecientes extraordinarias en las últimas horas hacen que sea una incógnita la pesca en los próximos días. En condiciones normales debería meterse la lisa más arriba en cantidad, en la zona de Juan y Juan y hacía el norte. A esto se suma las buenas lluvias en el interior bonaerense que desembocaron en la albufera, situaciones que pueden alterar los sectores pero que no disminuirán un excelente rendimiento que tendrán, desde ahora en adelante, los fanáticos de la lisa.

Servicios:

• Jony Burgos. Guía de pesca en Mar Chiquita y Salada Grande de Madariaga. Tel.: (02255) 423535. En Instagram y Facebook.