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PESCA | 23-12-2013 12:24

Pira pitá, una especie como un rayo

El pescado colorado, como lo conocen los locales, es una especie preciosa. Galería de imágenes.
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Cuando al estilo Tom Sawyer, recorría de niño los arroyos de Buenos Aires, uno de mis objetivos eran las mojarras. Un trofeo de pique fulmíneo, que exige ágiles reflejos en la clavada y opone una resistencia inusitada en relación a su tamaño. Durante esas jornadas mojarreras, siempre surgía una especulación fantástica, ¿como sería pescar mojarras de 1, 2 o 3 kilos? Pasaron los años y mi sueño se cumplió… ¡las mojarras gigantes sí existen! En Argentina se llaman pirá pitá, y pueden ser pescados con mosca en una gran diversidad de técnicas, todas sumamente divertidas.

Los pirá pitá forman parte del género Brycon (o brycónidos), que suma unas 42 especies distribuidas en América del Sur y Central. Su nombre deriva del griego ebrykon, que significa “que muerde, que roe”. La diversidad de especies incluye yatoranas, matrinchas, piraputanga (pirá pitá amarillo), pirapitinga, piabanha y piracanjuba (pirá pitá blanco). Las hay de todos los tamaños, desde pequeñas que no superan los 25 cm, hasta gigantes con expectativas cercanas a los 8 kg. Y todas ellas tienen algo en común, salvando ciertas variaciones de color o robustez: resultan idénticas a una mojarra gigante.

Los brycones son oportunistas, omnívoros y se encuentran fuertemente asociados a la vegetación ribereña, donde obtienen alimento y refugio. Ningún bocado pequeño escapa a su voracidad, y su variada dieta incluye frutos, hojas, semillas, flores, raíces, moluscos, crustáceos, anfibios, roedores, pichones de aves, pequeños peces y todo tipo de insectos terrestres (escarabajos, chinches, cigarras, abejorros, hormigas, etc.).

Migratorios y de crecimiento muy lento, son peces que han sufrido demasiado la sobrepesca y las represas. La rotura del pulso de inundación/sequía de estas obras hidráulicas, fundamental en su relación con el ecosistema terrestre, deprimió muchísimo sus poblaciones. Y el hecho de que se maten tanto dificulta mucho encontrar trofeos cercanos a su talla máxima. Al igual que en los dorados, ellas resultan siempre hembras (lo machos son entre 2 y 3 veces más chicos).

Nota publicada en la edición 495 de Weekend, diciembre de 2013. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

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Diego Flores

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