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PESCA | 25-01-2019 21:59

12 Especies a tiro de caña

Llegan las vacaciones y, con ellas, la facilidad de tener el mar casi al alcance de la mano para quienes eligen la costa atlántica como destino. Cuáles son los pesqueros más rendidores y cómo tentar al pez elegido.
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Se acerca el momento del año donde la familia puede compartir viajes, shoppings, paseos y pesca, combinados de tal manera que todos queden conformes. Por suerte, en nuestra República Argentina tenemos el lugar ideal que conjuga todo lo relacionado con unas buenas vacaciones en familia, y ese lugar es la costa atlántica, capaz de brindar excelentes momentos para disfrutarlos todos juntos.

Sin duda, en esta nota la pesca deportiva cobra un papel preponderante desde San Clemente del Tuyú hasta Puerto Madryn, y si bien el éxito nunca está garantizado, al menos relataremos nuestras experiencias y lugares preferidos para que todos puedan disfrutar de esta hermosa pasión. Primero, entonces, los equipos. Si la idea es pescar de costa, llevemos cañas de 3,50 a 4,25 m de largo, capaces de lanzar plomos de hasta 250 g de peso. Los aparejos para la variada en general –corvinas, pescadillas, bagres, brótolas, etc.– pueden ser de uno o dos anzuelos y armarse con un plomo al final, o bien utilizar los distintos modelos de líneas by clip que nos permiten lograr una mayor distancia, ya que durante el lanzamiento las brazoladas quedan sujetas y no hacen un efecto hélice. Cualquiera de estos equipos puede estar armado con reeles frontales o rotativos, para lo cual cada una de las cañas que utilicemos debe estar equipada para tal fin. Es decir, si el reel es frontal, llevan menos pasahílos (del tipo cacerola); mientras que, si pescamos con rotativos, las cañas cuentan con algunos pasahílos más, para que el nylon no toque la vara.

Estos reeles van a estar cargados con nylon de 0,25 al 0,35 mm, con una salida trafilada o pegada de unos 8 m de largo y de 0,60 mm de diámetro como mínimo, para soportar el chicotazo. También debemos aclarar que algunos pescadores –los más avezados– cargan sus reeles con nylon mucho más fino para lograr mayor distancia, ateniéndose a las consecuencias de futuros cortes. Los anzuelos –del Nº 3/0 al 6/0– para armar las brazoladas, en casi todos los casos van a estar empatillados con nylon del 0,50 mm (como mínimo) hasta el 0,80 mm, para que no se enrule y haya que cambiarla o estirarla en cada tiro.

Uno de los elementos más importantes en la pesca de costa es la plomada, porque será la que se encargue de anclar nuestra línea a la distancia donde hayamos arrojado. Hay muchos modelos y pesos. Lo ideal es llevar un lindo potpurrí de todas, aunque no deben faltar las de formato satélite, triángulo, pera y las tradicionales con alambres.

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Para los amantes de la pesca del pejerrey de flote desde los muelles o escolleras, el equipo es muy sencillo: cañas telescópicas, reeles frontales chicos y líneas cortas, de tres a cinco boyas, que pueden ser redondas, yo-yo o las del tipo cometa. También podemos utilizar el mismo equipo para pescarlos con líneas aéreas o del tipo paternóster, sin dejar de mencionar a los pescadores que ven con buenos ojos entrar embarcado a buscar especies de sectores más profundos o cuevas de piedras. En estos casos, habitualmente quienes nos alquilan la embarcación o nos llevan en sus barcos nos proveen de equipos, pero si la idea es llevar los nuestros, debemos elegir cañas no menores a 30 lb (1 lb = 453,592 gramos) de potencia, con un largo inferior a los 2,10 m para poder pescar meros, chernias y salmones, entre otros. Los reeles van a ser un poco más robustos a los utilizados para la pesca de costa, y estarán cargados con nylon del 0,60 como mínimo. Los aparejos serán cortos y bien reforzados y los plomos muchas veces pueden llegar a pesar hasta 400 g. Hay pescadores más exquisitos o a los que les gusta otro tipo de pesca embarcada y llevan equipos de jigging y popping, dos modalidades mucho más rápidas que las anteriores y que nos van a permitir pescar o, al menos intentar, capturar pez limón, anchoa de banco y bonitos.

En cuanto a carnadas, existe una gran variedad para costa o embarcada. No debemos descartar ninguna: desde la tradicional anchoíta, camarón, langostino, calamar, calamarete, magrú, lombriz de mar, pejerrey y filet de carpa, hasta pechuga de pollo. No hay que olvidarse de llevar una conservadora con hielo para mantener de la mejor manera a la carnada. Como tampoco palos de playa o haraganes, tabla, cuchillo, hilo elástico para atar la carnada, anteojos de sol, gorra con visera o sombrero de ala ancha y, por sobre todo, un buen protector solar para cubrirnos.

El último punto para pescar de costa es saber leer el mar porque, en base a eso y al oleaje conformado por el viento, vamos a poder divisar con claridad canaletas, rompientes, pozos y hasta pedregales. Cada uno de estos accidentes nos pueden dar distintas posibilidades de pesca y, a su vez, marcarán el camino para arrojar y depositar nuestros aparejos. Como ejemplo sencillo, cuando observamos que la rompiente del mar forma una onda, ahí tendremos un lugar con profundidad, y donde veamos su característica espuma blanca, en realidad estaremos viendo zonas muy bajas o los bancos de arena. Tomando en cuenta estas sencillas reglas, cuando circulamos paralelos a la costa vamos a poder ir divisando canaletas cercanas. Si hay una canaleta, un banco de arena y una segunda canaleta, generalmente es mejor. También debemos tener en cuenta el color del agua y la correntada, que siempre es bastante fuerte hasta que se produce la máxima creciente o bajante, donde disminuye notablemente su intensidad. ¡Buen momento para pescar! Otra cuestión es el viento, cuando es de tierra habitualmente los peces se acercan a la costa pero cuando viene del mar, el agua se aclara y los peces se alejan.

 

Lenguado

Una especie muy cazadora que se mimetiza en los fondos de arena para atacar durante el paso de sus potenciales presas. La carnada ideal es el pejerrey chico, que puede ser entero o en filetes atados a los anzuelos de forma tal que no pierdan su forma y movilidad. Casi nunca se los pesca a la espera, sino que hay que arrojar el aparejo y recogerlo lentamente. Otras veces hay que darle algún tironcito para cambiar la natación de la carnada. La línea es muy sencilla: la única diferencia es que en su larga brazolada se le coloca una boya alargada chica o del tipo zanahoria. Se los puede pescar en la desembocadura del río en el mar, a la altura de Monte Hermoso, en las playas de San Blas y, obviamente, en la albufera de Mar Chiquita, un clásico.

 

Corvina rubia

Dentro de la variada general es, sin dudarlo, la que nos salva el día. Una pesca noble que se puede practicar tanto de muelle como de costa y que siempre está a tiro de caña de cualquier aficionado. A las rubias se las pesca con líneas tradicionales fijas de uno o dos anzuelos, encarnados mayormente con anchoas o camarón, pero también podemos utilizar filet de magrú, langostinos, filet de pejerrey, lombriz de mar o combinaciones de cualquiera de las anteriormente nombradas. Toda la costa atlántica tiene posibilidades de esta pesca, pero las canaletas profundas que corren más cerca a la costa están en La Frontera (Pinamar), La Cruz (Mar de Ajó), Escollera 1 (Miramar) y las tradicionales escolleras de Mar del Plata.

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Corvina negra

Es una de las vedettes de la pesca costera atlántica. Un pez que puede alcanzar pesos descomunales. Hay registros de ejemplares que superaron los 30 kg. Hoy no es tan fácil su pesca, pero sus seguidores logran buenas capturas todas las temporadas. Uno de los sectores más populares para obtenerlo es el de General Lavalle, pero también podemos hacer intentos en el faro Querandí, Las Canaletas de Romano, Mar Chiquita y, sin dudas, en el corredor que pasa por Claromecó, Reta y Orense. También hay ocasiones en que entran al río Salado a la altura de Lezama, como podemos ver en otra nota de esta edición. Para intentar su pesca se utilizan aparejos reforzados de un solo anzuelo con un peso del plomo suficiente para dejar bien anclada la línea, lo que dependerá de la correntada. Zonas de cangrejales y pedregales son las ideales. En cuanto a la carnada, utilizar chipirones y langostinos combinados, y cangrejos y langostinos grandes.

Chucho

Sin dudas, se convirtió en la especie favorita en los torneos de pieza mayor, ya que suele superar ampliamente los 20 kg de peso. Es un amo y señor de las canaletas, donde va por su alimento y por donde trata de escapar en base a su fuerza natatoria una vez clavado. Quienes suelen ir en busca de esta especie cargan sus reeles con nylons muy finos para lograr buena distancia pero, al momento de pescarlos, este factor suele ser negativo, ya que su fuerza o algún roce cortarían automáticamente el nylon. Las carnadas predilectas para tentarlos son los langostinos envueltos con el cuerpo del calamarete. ¿De qué forma? Primero atando un langostino en el anzuelo y luego tapándolo con el calamarete sin tentáculos, sujetándolo de arriba para que no se mueva. La zona de San Cayetano muchas veces no es tenida en cuenta, pero suele dar excelentes pescas en calidad y cantidad. El banco del Calabrés es un sector más que recomendable.

 

Cazón

Una pesca de elite que puede alcanzar 14 o 15 kilos de pura potencia. El cazón es un luchador nato, desconfiado, y es muy difícil dar con una pesca cuantitativa. Por el contrario, suele ser muy calificada y significante. Playa del Barco, en San Cayetano; Faro Querandí; Playa Bonita en el sur; El Haras y La Tranquera en San Blas son algunos de los muchos lugares donde podemos ir confiados a pescarlos, pero no siempre se dan buenos resultados. El aparejo se realiza sobre un nylon o madre gruesa, con una brazolada entre 80 y 100 cm de largo, con anzuelos 10/0 empatillados con cable de acero. Sus carnadas preferidas son la lisa, el magrú y, algunas veces, el calamar. Ha sucedido que, buscando esta especie, se nos prenda algún tiburón más grande. La mejor opción de pesca es en las canaletas o lugares donde se muevan especies menores que le servirán de alimento.

 

Pejerrey

Otra de las variedaes que lleva muchos aficionados. Para su pesca de flote y/o desde algún muelle usamos aparejos de tres a cinco boyas con un puntero impulsor, brazoladas no mayores a los 40 cm de largo y, como carnada –excluyente–, camarón pelado y sin pelar. Para flote también podemos usar un aparejo del tipo paternóster con la famosa boya zanahoria y, pegado al plomo final de la línea, pondremos un rulero que previamente lo vamos a cargar con ceba, también llamada manyansa. No es habitual dar con pejerreyes de gran tamaño, quizás en el mejor de los casos podamos sacar alguno que orille los 40 cm de largo. Si vamos a pescarlos de fondo –resulta ideal haciendo vuelo–, optaremos por líneas con brazoladas largas y plomos no muy pesados. Muchos son los lugares donde podemos tentarlos pero destacamos el muelle de Miramar, la escollera de Cabo Corrientes, en Mar del Plata, y el muelle de Mar de Ajó, si es que lo vamos a hacer a flote. Para pescarlos de fondo, en cambio, todas las playas de Rawson y Chubut se llevan las palmas.

 

Brótola

Una especie muy buscada por los amantes de la gastronomía marina, porque no posee espinas y su carne es muy suave. Es un pez que no desarrolla grandes dimensiones: un ejemplar superior a los dos kilos es una pieza de muy buen porte. Se la pesca desde la playa realizando lances a la primera o segunda canaleta, principalmente en sectores arenosos pero con piedras. Las playas del barco hundido Karnac (Punta Médanos), Los Chalets (zona cercana al faro Querandí), Santa Clara del Mar y Villa Gesell son pesqueros habituales. Otros buenos sectores resultan los pilotes de los muelles de pesca, entre los que se destacan los de La Lucila del Mar, Mar de Ajó, Pinamar y Miramar. Son varias las carnadas que podemos utilizar para su captura, pero no nos pueden faltar calamar, langostinos pelados, filet de pejerrey y anchoa. Las líneas más usadas son las convencionales de dos anzuelos, que algunas veces conviene lastrarlas sobre la primera brazolada para recostar el aparejo entre los pilotes.

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Pescadilla

Otra de las especies en maridaje con la corvina rubia, ya que habita los mismos sectores, come las mismas carnadas y se pesca de la misma manera. Es un pez muy glotón y cualquier carnada le viene bien, aunque muchas veces colgarle un filet de pejerrey al cebo elegido suele resultar muy atractivo para esta pesca. En el mejor de los casos suele alcanzar 2,5 kg de peso, pero su promedio está entre los 800 y 1.000 g. Podemos pescarla tanto de escolleras como desde la playa, con un detalle: muchas veces rinde mejor levantar las brazoladas, es decir, que la última –si es que utilizamos dos anzuelos– esté más o menos a 40 o 50 cm del plomo. Recomendamos usar brazoladas largas porque muchas veces el movimiento del agua acelera el pique de esta cazadora nata. Sería un error nombrar un solo lugar para pescarlas, pero por gusto personal elijo la escollera Cardriel, en Mar del Plata; el vivero, en Miramar; el camping, en Nueva Atlantis; el playón, en Pinamar; el bosque, en La Lucila; y el tachito, en San Clemente del Tuyú, todos con muy buenos resultados.
 

Pez gallo

También llamado pez elefante, va ganando adeptos temporada tras temporada debido a la forma de pescarlo, a la pelea que presenta una vez clavado en el aparejo y a su valor culinario. Es una especie que, si bien podemos pescarla en toda la costa atlántica, encuentra sus mejores lugares en la albufera de Mar Chiquita, en los acantilados de Mar del Plata y en el vivero en Miramar, por citar algunos de los lugares más importantes. También hay que destacar las playas del sur del país cercanas a Chubut y Santa Cruz, como Rada Tilly y Bahía Solano; Los Límites, Bajada de la Osa y Playa Bonita, entre otras. Es una pesca que se realiza básicamente en suelos de arena y con líneas de fondo, observando algunas particularidades como, por ejemplo, colocar una pequeña boyita en la brazolada para levantar la carnada del fondo y que no sea presa fácil de los cangrejos, que tardarán segundos en descarnarnos. Las carnadas ideales son el camarón sin la cabeza (solo o pelado), anchoa con filet de pejerrey y lombriz de mar. El aparejo ideal es el de un solo anzuelo, pero también podemos pescar con líneas convencionales de dos anzuelos.

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Róbalo

Sus ejemplares muy combativos engalanan la pesca costera en las playas del sur de la República, entre las que se destacan Rada Tilly, Bahía Solano y Los Límites. Es una especie cazadora que se la puede pescar tanto con carnada natural como artificial; las cucharitas plateadas son una muy buena opción. Lugares donde el fondo de arena se mezcla con pedregales chatos son las mejores plazas para intentar esta pesca. Recomendamos equipos no muy pesados con cañas de acción de punta blanda. Como carnada natural usar langostinos, anchoas y pejerreyes.

Sargo y diablito

Dos especies de piedra que brindan una linda pelea una vez clavadas. Se las pesca con equipos livianos, al diablito principalmente. Los sargos podemos pescarlos al filo de un acantilado rocoso y mover la línea es una de las claves. Este aparejo debe ser sencillo, de brazoladas cortas y anzuelitos reforzados encarnados con un solo camarón pelado y, algunas veces, pinchándole un pequeño filet de anchoa o pejerrey. Las escolleras Norte y Sur de Mar del Plata, y las zonas de piedras costeras de San Cayetano son puntos clave.

 

Bagre de mar

Otra variedad dentro de las comunes más pescables que se comen todo a su paso. El mar revuelto y las buenas canaletas son sus lugares predilectos. Todas son buenas carnadas para intentar pescarlos, pero la anchoa y el calamar o calamarete muchas veces ganan el pleito. También debemos llevar camarones, langostinos, magrú y, a veces, filet de carpa. Es una pesca sencilla y son muchos los pesqueros donde podemos dar con ellos. Por calidad y buenos recuerdos ponemos en el podio el muelle de Villa Gesell; La Frontera, en Pinamar; El Barquito, en San Clemente; y El Faro, en Claromecó.

 

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Julio Pollero

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