Gunther VI es pastor alemán que vive en una de las mansiones más lujosas de Miami y acumula una fortuna que ronda nada menos que los 400 millones de dólares.
Al respecto, cabe aclarar que, si bien los animales no pueden poseer activos financieros, si pueden heredarlos a través de fideicomisos de mascotas creados por sus dueños.
Así, el titular del fideicomiso es quien tiene la potestad para decidir cuánto, cómo y en qué se gasta el dinero de ese fondo, al tiempo que un cuidador principal solicita dichos pagos y es el responsable de su bienestar.
El origen de su millonaria fortuna se remonta a su abuelo, Gunther III, un también pastor alemán que, tras fallecer su dueña, la condesa Karlotta Liebenstein, en el año 1992 y no tener descendencia a quien dejarle su patrimonio de 80 millones de dólares, decidió cedérselos íntegramente a su más fiel amigo.
Así, con el correr de los años, la riqueza de los Gunther se fue acrecentando gracias a las inversiones del tratante de Gunther VI, Maurizio Mian, el mejor amigo del hijo de Karlotta y miembro de una rica familia italiana dueña de una poderosa empresa farmacéutica.
Gunter VI, una vida de rey
Eso le permitió a Gunther VI, entre tantos otros lujos, comprar varias casas en Alemania, Las Bahamas y en Italia, aviones privados, limusinas y un yate, como, así también darse el placer de dormir en camas de terciopelo, nadar en piletas con agua climatiza y comer los platos más exquisitos que le prepara especialmente su chef privado, uno de los 27 empleados que trabajan para él.
Tras desayunar con carne, verduras frescas, arroz y, ocasionalmente, caviar, este pastor alemán pasa las mañanas jugando con una pelota de tenis, corriendo sobre césped para recoger algunos olores interesantes para, finalmente, iniciar el entrenamiento diario de obediencia, lograr algunos grandes estiramientos y encontrar un rincón sombreado para dormirse una buena siesta.
Según un informe elaborado por All About Cats, Gunther VI es seguido en la lista de animales más millonarios por Nala Cat, que tiene 300 millones de dólares, y por Olivia Benson, la gata de la cantante Taylor Swift, que es dueña de la para nada despreciable suma de 97 millones de dólares.
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