Saturday 7 de December de 2024
NATURALEZA | 20-04-2020 18:21

La cuarentena reformula la manera en que nos conectamos con la naturaleza

El biólogo y fotógrafo de National Geographic Octavio Aburto presenta el documental por el Día de la Tierra Revillagigedo, el México más salvaje y analiza el impacto que el aislamiento obligatorio tiene sobre el planeta.
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Patricia Daniele
Patricia Daniele

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Editora Ejecutiva de revista Weekend y su web, Editora General de Vivo.Perfil.com y de Luna teen.perfil.com. Columnista de espectáculos en Perfil.com y Reperfilar. Especializada en turismo y servicios al turista, gastronomía y lifestyle, series y TV paga, teatro y recitales, tendencias del mundo joven. TW e IG. @pato_daniele

Así imagina el biólogo y fotógrafo mexicano Octavio Aburto que será el resultado del aislamiento obligatorio, en vista de que la atmósfera y los espejos de agua se están limpiando ante la falta de actividad humana. Propone y recordar que “este experimento forzado demostró que se puede hacer menos daño y en poco tiempo. Somos muchos los que lo tenemos claro. Espero que ahora que regresemos a la normalidad, no se vuelva a consumir como antes ni a producir plástico como antes. Debemos impulsar a nuestros gobiernos y a las empresas a generar tecnologías para bajar la producción de CO2 (anhídrido carbónico o dióxido de carbono que afecta a los océanos y la capa de ozono de la atmósfera). Ahora se está limpiando el planeta y todos tenemos que colaborar”.

Fanático del mar desde chico, Aburto formó parte del equipo de Pristin Seas (una división de National Geographic) que grabó el documental Revillagigedo, el México más salvaje, para registrar la vida en un archipiélago protegido que estrena la señal en el este Día de la Tierra, a las 10 de la mañana, para arrancar una jornada de programación temática. Justamente, en 2016 y 2017 el científico tuvo un papel muy importante en la creación del Parque Nacional Revillagigedo, que ahora protege el 5 % de los mares mexicanos y se convirtió en la reserva marina más grande de América del Norte con sus 147.000 km2.

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La fauna ícticola de este archipiélago que está a 400 millas náuticas del Cabo San Lucas presenta una elevada riqueza (251 especies). “Cuando los humanos dejamos a la naturaleza en paz, todo funciona como miles de años atrás en el planeta. Es un sitio remoto que está lejos del impacto humano. Lo primero que ves cuando te acercas a sus costas son tiburones grandes y uno de los mensajes del especial es que todavía quedan sitios en el mar que están prístinos, son naturales y que deberíamos proteger de la contaminación de los humanos. Allí sólo se hacen excursiones de turismo pero no se puede pernoctar ni realizar ninguna actividad extractiva. Se lo puede proteger de esta manera porque no vive nadie ahí”, explica el especialista en charla vía Zoom con Weekend.

Weekend: ¿Considera que la pesca es nociva para el medio ambiente?

Octavio Aburto: La pesca es una actividad esencial de las sociedades humanas que fue forjando pueblos y comunidades costeras. Cuando se hace bien y en favor de los habitantes de la costa, todos se benefician y es algo que debemos proteger como una herencia cultural. Pero cada vez más vemos una pesca marina que no tiene nada que ver con lo artesanal; barcos enormes cuya sola red tiene capacidad para alojar 10 aviones, miles y miles de toneladas de sardinas o atún. Y a veces lo único que se hace con eso es hidratarlo y usarlo para alimentar pollos y vacas.

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W: ¿Cómo fue su rol en la expedición a Revillagigedo?

OA: Mi trabajo fue como científico y también como fotógrafo. Coordiné el equipo de ciencia en conjunto con otros miembros de Pristin Seas y después presenté los resultados ante los ministros de México. Esto derivó en la creación del parque protegido.

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W: ¿Vieron la presencia de plástico en la travesía?

OA: Un integrante de la expedición se dedicó a recolectar muestras de agua que fueron analizadas y contenían restos de plásticos. Podría estar en cada rincón del planeta, en los polos y a mucha profundidad, y encontraría plástico. Afortunadamente podemos ver sitios como Revillagigedo, en donde la presencia es muy baja. Tenemos que encontrar soluciones para evitar que el plástico llegue al mar. La sociedad puede impulsar a que se hagan cosas sobre la conservación marina, empujar a los gobiernos para que tengan visión y que volteen a ver los mares, que controlan todo el clima del planeta y producen dos de las tres moléculas de oxígeno que respiramos, además de desencadenar los procesos que los humanos necesitan para vivir.

Por ejemplo, habría que medir cuánto bajó la emisión de co2 en los océanos durante la cuarentena, porque hay menos en la atmósfera. El aumento del CO2 de los océanos también hace que haya mayor calentamiento de los cuerpos de agua, se incrementen los huracanes y suba el nivel del mar. Espero poder ver en poco tiempo un resultado positivo. Por lo menos a corto plazo se va a poder ver si bajó la acidez en los océanos.

 

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