Tras más de cinco años de arduas investigaciones, finalmente un grupo de más de 80 científicos internacionales, acaba de informar púbicamente el hallazgo de una docena de nuevas especies de animales y plantas marinas que fueron encontradas hasta los 400 metros de profundidad en las aguas del océano Atlántico Norte.
Según los especialistas que participaron del estudio que fue bautizado “Proyecto Atlas” y que contó con el valioso apoyo económico de la Unión Europea, se trata de algas, musgos marinos, moluscos y corales totalmente desconocidos hasta ahora y que podrían estar seriamente amenazados por las actividades humanas y por el cambio climático, en particular por la acidificación a causa de la mayor absorción de CO2 por el mencionado océano.
"Como lugar de origen de la biología de aguas profundas y cuna de la oceanografía, el Atlántico Norte es el lugar que mejor deberíamos conocer. Pero, solo en los últimos 20 años hemos descubierto cuán variados y vulnerables son realmente sus hábitats de alta mar", comentó, a la BBC, Murray Roberts, profesor de Biología Marina y Ecología de la Universidad de Edimburgo, Inglaterra.
"Encontramos comunidades enteras de esponjas o corales de aguas profundas que forman las ciudades en alta mar que sostienen la vida. Tal es así que los peces usan estos lugares como zonas de desove. Pero, si esas ciudades son dañadas por los usos humanos destructivos, esos peces no tienen dónde desovar y la función de esos ecosistemas enteros se pierde para las generaciones futuras", agregó el científico.
Además de estas nuevas especies de animales acuáticos, el equipo de científicos que estuvo liderado por el profesor y químico oceánico George Wolff de la Universidad de Liverpool, también descubrió un gran campo de emisiones termales del fondo marino en las islas Azores, que están ubicadas en el medio del océano Atlántico, a unos 1.400 kilómetros al oeste de Lisboa, Portugal.
“Los campos hidrotermales son áreas importantes de productividad biológica relativamente alta que albergan comunidades complejas en medio del vasto océano profundo. Es como entender que la selva tropical es un lugar importante para la biodiversidad en la tierra; lo mismo ocurre con las profundidades marinas: hay lugares importantes que deben ser protegidos y todos están conectados", explicó Wolff.
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