Un equipo de especialistas del Programa de Cetáceos del Fondo Africano de Conservación Acuática logró registrar unas grabaciones acústicas submarinas en Omura, en el Canal de Mozambique, a lo largo de Madagascar, que le permitieron determinar que provenían de una especie de ballena azul hasta ahora desconocida.
Según relataron los científicos en el estudio que fue publicado recientemente en la revista Endangered Species Research se trata de un grupo de ballenas azules que fueron avistadas frente a la costa de la isla de Madagascar y en las cercanías del mar Arábigo y del archipiélago de Chagos, Omán, en el año 2017, recién ahora lograron certificar que se trataba de una nueva subespecie y que, al menos, existen dos grupos distintos de ballenas azules en esa región.
“Fue bastante notable encontrar un canto de ballena que era completamente único, nunca antes reportado, y reconocerlo como una ballena azul”, comentó, a través de un comunicado de prensa, Salvatore Cerchio, director del mencionado centro que lleva más de 30 años investigando las poblaciones de las ballenas en todo el mundo.
“Como éste es el único canto de ballena azul que se ha identificado en el Mar Arábigo occidental, lo etiquetamos como el tipo de canto 'Noroeste del Océano Índico' para distinguirlo de otros tipos de cantos regionales. Pensar que hay una población de la que nadie sabía nada hasta 2017, bueno, te deja estupefacto. No se tenía noticia de la existencia de ningún otro grupo, aparte del ya conocido en las aguas del océano Índico”, agregó el principal autor del estudio.
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Este descubrimiento provocó una gran esperanza entre los científicos respecto a las ballenas azules ya según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) actualmente se encuentran entre las especies en peligro de extinción,
Al respecto, cabe señalar que, si bien la ballena azul estuvo al borde de la extinción total entre finales del siglo XIX y principios del XX debido a su indiscriminada caza comercial, actualmente sigue enfrentándose a grandes amenazas globales, como la cada vez mayor pérdida de su hábitat natural como consecuencia del cambio climático que altera tanto la temperatura como el Ph de las aguas oceánicas en las que vive. También corren el riesgo de colisionar con buques y embarcaciones y de quedar atrapadas y morir en las líneas de pesca de los buques.
Sin embargo, gracias a las numerosas medidas de protección medioambientales que se vienen llevando a cabo en los últimos cincuenta años, la población de ballenas azules ha logrado registrar un crecimiento más que alentador, por lo que los descubridores de esta nueva especie, afirman que deben tomarse todas las medidas que sean necesarias, como sancionar leyes mucho más estrictas al transporte marítimo y reducir las emisiones de carbono para asegurar su subsistencia.
“La ballena azul desempeña un papel importante en su ecosistema y es fundamental en la cadena alimentaria. Además de comer grandes cantidades de krill y de otras criaturas pequeñas, regulando los ecosistemas oceánicos, también son excelentes sumideros de dióxido de carbono, ya que pueden capturar hasta unas 33 toneladas de CO2”, agregó el especialista en ballenas.
“Por lo tanto, todo lo que hagamos para su conservación y reproducción es vital para su futuro y el de toda la humanidad”, concluyó Cerchio.
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