En otro gran paso en su permanente lucha por la defensa, protección y preservación de la fauna, Fundación Rewilging Argentina (FRA) liberó a 5 guacamayos rojos en los montes de Yerbalito, ubicados al norte de los Esteros de Iberá, en la provincia de Corrientes.
Según informaron desde FRA, a través de un comunicado de prensa, se trata de cuatro ejemplares hembras y de un macho que nacieron a fines de 2020 precisamente en el marco del Programa de Reproducción y Cría que la fundación viene llevando a cabo desde 2018 cuando, a partir de varias parejas reproductoras habitantes del Bioparque ,se lograron los primeros pichones.
“Este programa muestra el valor que las instituciones zoológicas modernas y de vanguardia pueden aportar “ex situ” -fuera del ambiente natural-, a la conservación tanto de las especies animales como, también, de los ecosistemas autóctonos”, comentaron desde la mencionada ONG.
Estos cinco ejemplares de esta especie de ave, que en la Argentina se encontraba extinta desde hace 170 años, permanecieron durante, aproximadamente, unos 9 meses en el Bioparque Temaikèn, lugar en el cual donde mientras durante los primeros cinco meses fueron criados por sus padres, sin tener ningún tipo de contacto humano, posteriormente, se los fue separando progresivamente de sus progenitores, para evaluar sus diferentes comportamientos, como por ejemplo, si podían alimentarse por sí mismos y cómo reaccionaban ante sus primeros contactos con los humanos.
En tanto que, para poder ser finalmente liberados, los 5 guacamayos también tuvieron que cumplir con una etapa de entrenamiento a cargo del personal de FRA que tuvo lugar, en el Centro Aguará, Corrientes, que duró aproximadamente un año.
Cabe resaltar que si bien en un primer momento su liberación estaba programada para el mes de marzo, tuvo que ser postergada debido a los incendios forestales que afectaron casi el 60% de la superficie del Parque Nacional Iberá y al 13% del Parque Provincial.
“Los montes de Yerbalito, al norte del Parque, fueron particularmente afectados y el jaulón que los debía recibir allí fue parcialmente quemado. Una vez reparado, las aves pudieron ser llevadas a su lugar de destino y realizar la etapa final de adaptación”, señalaron los especialistas de Temaikèn.
“Este es el primer grupo que fue entrenado en un gigantesco jaulón construido para ese fin, de 30 metros de largo, 6 de alto y 6 de ancho. Y, al haber nacido bajo cuidado humano, es necesario enseñarles a volar grandes distancias y a permanecer en la copa de los árboles para evitar depredadores y conseguir alimento”, concluyeron
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