Tal como sucedió hace un par de semanas en la laguna bonaerense de Mar de Chiquita, ahora esta histórica y preocupante sequía que acecha prácticamente a toda la Argentina y parece no tener fin a corto plazo ha provocado ha provocado que el vertedero de la laguna de Gómez, ubicada al sudoeste de la localidad bonaerense de Junín, se seque por completo y ya no escurre ni una sola gota de agua.
Panorama desolador en las lagunas bonaerenses
Según da cuenta un informe publicado en el diario Democracia, esta alarmante situación provocó el alerta máxima entre las autoridades locales y los lugareños ya que, este gigantesco espejo de agua que forma parte de la cuenca del río Salado es el atractivo más importante de la región, y hace de Junín uno de los centros turísticos lacustres más importantes y visitados de la provincia de Buenos Aires.
El río que encadena los espejos, con dirección a El Carpincho, ya no tiene correntada y el caudal quedó estancado, situación que, lamentablemente, se repite en el canal que conecta el reservorio de Agustina con el puente Morote y con la desembocadura a la altura de la Ruta 7, en la localidad de Saforcada, ubicada a tan solo 11 kilómetros de la ciudad de Junín.
De esta manera, lo que históricamente era una laguna ideal tanto para los deportes náuticos como para la pesca y el esparcimiento, hoy es una suerte de gigantesco terreno baldío con el suelo totalmente seco y agrietado por el que las personas pueden transitar tranquilamente.
Si bien, el panorama de cara al futuro no es para nada alentador, ya que los pronósticos ya están hablando de un desastre ecológico, los expertos afirman que el agua va a volver, aunque tanto la fauna como la vegetación van a tardar en regresar a la normalidad, al igual que en la laguna Indio Muerto de Saladillo y en otros sistemas lacustres de las ciudades de Bragado, Las Flores, Roque Pérez, 25 de Mayo y Villa Cañás.
“Se prevé el fin del fenómeno de La Niña para después de febrero, por lo que las precipitaciones ayudarían a recomponer el escenario en el que actualmente apenas llueven 500 milímetros de los algo más de 1.000 milímetros que se precipitan anualmente”, señalaron desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
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