En 1972 nace Weekend y en Estocolmo, Suecia, las Naciones Unidas organizan una conferencia que machaca temas sobre el cuidado del medio ambiente, especialmente por su degradación y el efecto global, es decir que lo que un país descuida no solo influye dentro de sus fronteras políticas sino que perjudica a otros. Este encuentro fue la punta de lanza de un nuevo concepto de naturaleza y ecología, palabra que procede del griego: “estudio de la casa”, sí, del lugar donde vivimos, llamado Tierra.
Esta preocupación por la creación viva es acompañado por la revista durante medio siglo. En los primeros tiempos, y en el contexto de un país con pocas urbes y casi toda su superficie sin excesiva presión humana, el cuidado de la naturaleza no es un tema central en una revista de pasatiempos. Así lo atestiguan, por ejemplo, muchas fotos y tapas con peces muertos. Con el paso del tiempo, sin embargo, se fue incorporando el cambio de esa visión optimista, que creía que nuestras riquezas eran eternas, por una realista y preocupante: hay que devolver los peces, hay que cuidar el medio ambiente, hay que evitar el daño que produce el off road, hay que usar motores menos contaminantes…
En las primeras páginas impresas esta valoración de lo natural se hacía presente en notas meramente informativas, donde la idea era educar presuponiendo que eso indicaba una tácita consecuencia de cuidado. Así, por ejemplo, aparecen las fichas de aves, a cargo de Tyto Alba con fotos de Martín de la Peña, y artículos descriptivos de otros animales, firmados por Alberto Bellanti, o de plantas y árboles, a cargo de Alberto Vuletin, como el cardo, en el número 2 de noviembre de 1972.
El gran desafío que se presenta en los últimos tiempos es cómo jugar en la naturaleza, cómo disfrutar de ella sin ocasionarle severos daños, sintiéndonos más administradores que dueños de ese río, esa playa, esa nieve, esa montaña... La preocupación se percibe más en cada nota deportiva que en notas especiales. Es que es más fácil concienciar dentro de una nota de pesca, caza o náutica, por ejemplo, que escribir artículos que, aislados, interesan mucho menos.
Sin embargo, en varias oportunidades, Weekend convocó a especialistas para que escribieran sobre la situación real de nuestra fauna y cómo podemos hacer algo por ella. Ejemplos: los buenos artículos de Nicolás García Romero o una entrevista de Lorena López al doctor Hugo López, ambos hablando de peces autóctonos de la Argentina; la nota del ornitólogo bahiense Pablo Petracci sobre el porqué de prohibir la caza de cauquenes; la Fundación Azara explicada por Florencia Pérez; o los varios artículos de opinión sobre temas naturales escritos por Aníbal Parera entre 1995 y 1997.
Así podríamos seguir enumerando esfuerzos periodísticos siempre tendientes a que los deportes que promocionamos sean sustentables, y no haya que lamentar pérdidas de lugares y especies. Hoy más que nunca.
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