Pasó por fin la fecha esperada, el 1N –uno de noviembre– para los que utilizamos casas rodantes o mini rodantes, un antes y un después en la era de arrastre ya que caducó la patente 101. ¿Qué es eso? En el año 2018 se terminó de normalizar una legislación que pretendía poner en regla a todos los tráileres y casas rodantes que circulaban en el país bajo una enmienda legal que permitía identificarlos con una patente que podía hacerse a mano y tenía que llevar el número del vehículo tractor y un 101 adelante. La falta de procedimientos y especificaciones concretas en la fabricación de este tipo de vehículos hizo que, a partir de ese momento todo acoplado que no tuviera licencia propia lleve ese tipo de patente y con eso podría circular libremente por el país. Incluso estaba tan difundida esta situación que llegaron a colocar esta placa a acoplados de varias toneladas utilizados para transporte de carga.
Esta normativa venía del año 1996 y, a pesar de haber sufrido cambios en distintos períodos, nunca se cambiaba la enmienda. En 2018 se volvió a revisar y, entre otras cosas, se especificó con tipos de categorías que no estaban redactadas en la legislación del ‘96, determinadas por pesos: cada una tendría exigencias particulares de seguridad. Así, las casas rodantes adquirieron su propia especificación, pero recién en 2019 se dispusieron los procesos y normativas que determinaban las necesidades sobre normas IRAM y que fueran emitidas por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), a fin de obtener las licencias de configuración de modelo (LCM), las que permitirían a las empresas fabricar vehículos de arrastre como tráileres y casas rodantes. Ello elevaba el nivel de los fabricantes, ya que a partir de 2018 deberían certificar con normas ISO 9001 y 10001, lo que los convertiría en miniterminales automotrices porque, además, estos vehículos llevarían un número de identificación único (VIN), lo que igualaría a la Argentina con el resto de los países de la región.
Pero, volviendo a la patente 101, de comenzar a regir la ley 1N tendríamos un grave problema: todas las casas rodantes y tráileres del país que no tuvieran una patente emitida con la legislación anterior, ya no podrían circular, lo que directamente, haría desaparecer la actividad rodantera e –incluso– el movimiento de tráileres náuticos. Sin embargo, algún funcionario en conjunto con fabricantes y estudios de homologación advirtieron sobre esta cuasi catástrofe y buscaron alternativas para que el parque en circulación pudiera encuadrarse con la legislación vigente. Así nació el Certificado de Seguridad Vial (CSV) para las categorías O1, O2 y O3 anexo II de la disposición 47/19, que se logra consensuar con un par de laboratorios de ensayos, el INTI y la Dirección Nacional de Vialidad (DNV).
Mientras tanto, a poco de promulgarse la ley en 2019 se previó un año de gracia para que todos los equipos se fueran adecuando. Pero, ¿qué es lo que hay que adecuar? De a poco surgen las exigencias de los frenos, que aún hoy siguen teniendo modificaciones, ya que muchos de ellos fueron diseñados sin que existieran especificaciones y, a pesar de que son y fueron excelentes diseños, no están homologados y deberán ser reemplazados por nuevos equipos que sí lo estén o pagar costosas sumas para realizarle ensayos y verificar un correcto funcionamiento. También se suman: el gancho de arrastre, más comúnmente llamado tortuga; una nueva forma de iluminación exterior que, además, cambia los colores a los ya existentes en la parte delantera y lateral; y las cubiertas con llantas con el famoso número CHAS (certificado de homologación de autopartes de seguridad), entre otras cosas.
Qué pasa con los rodantes de menos de 750 kg
Como el destino rodantero parece marcado por el postergamiento, aparece la pandemia de 2020. Ello, sumado a la falta de información y a la casi nula experiencia conseguida en adecuaciones, volvió a prorrogar la ley por un año más. Pero esta historia no termina aquí, ya que la ley imponía condiciones a los vehículos de menos de 750 kg, o sea a la categoría O1, ya que la O2 en adelante tendría que tener patente desde la primera ley del ‘96, claramente desconociendo todo lo que había ocurrido en medio con la enmienda de la 101.
En marzo de 2021, en medio de la tormenta de dudas de los usuarios de estos vehículos y ante la falta de certezas en cuanto a qué normas se deberían aplicar a la categoría O1, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) emitió una resolución con un informe que debe completarse y presentar para conseguir el CSV de estos vehículos. Luego de la protestas generadas por ingenieros que no tenían la posibilidad de aprobar ciertos casos particulares porque no estaban en el informe y eran comunes en la construcción de estos equipos, el autor de esta nota entrevistó a uno de los gestores de homologación más conocidos del ambiente, quien observó que las casas rodantes de bajo peso no tendrían posibilidad de seguir circulando por las consideraciones que se estaban tomando, y esta difusión gestó un reclamo generalizado de varios colegios de ingenieros, lo que obligó a la ANSV a modificar ese formulario por uno más específico para casas rodantes, donde se consideraban algunos temas particulares a la actividad. Es así que en agosto de 2021, a unos cuatro meses de entrar en vigencia la ley, recién se tenían certezas de cuáles eran los requerimientos para obtener el certificado a fin de comenzar el trámite de patentamiento.
Días antes del 1 de noviembre apareció una disposición emitida por la ANSV en conjunto con la DNRPA, donde se tendrá en consideración la vigencia de la ley de patentes para tráilers categoría O1, pero ante un insistente pedido de varios actores allegados a la actividad, se dará un plazo de información y advertencia hasta el 1 de abril de 2022 a los usuarios que sean detenidos y no tengan la patente reglamentaria de su remolque. Aún así nos encontramos con la ley en vigencia, con pocos talleres autorizados a gestionar la homologación y con permanentes modificaciones, que siguen acomodándose a las problemáticas encontradas. ¿Qué sigue a esta historia? En verdad el mundo rodantero aún no lo sabe, pero de seguro no va a bajar los brazos para llevar adelante una actividad que tiene más historia que cualquier otra turística, pero que pocas veces estuvo tan visible como ahora.
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