Muchos en apariencia se presentan ultralivianos y hasta en versiones pocket pero la cuestión de peso en los autos eléctricos no es un tema menor. No interviene en la estética pero si en la conducción que a probadas estadísticas preocupan a la mayoría de los países que ya cuentan con un gran parque automotor. En países como Estados Unidos ya los consideran un peligro para las rutas. En este país hay varios organismos dedicados a la seguridad en el mundo del transporte. El más conocido es NHTSA (Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras) por ser el equivalente a Euro NCAP europeos. Este organismo sirve para regular los requisitos de seguridad que deben cumplir los autos que se comercialicen al otro lado del mundo. De manera paralela, existe el NTSB (Junta Nacional de Seguridad en el Transporte), que se dedica exclusivamente a la investigación de accidentes en los que están involucrados, medio de transporte público, incluidos los autos. Cada año, la NTSB celebra una junta para hacer balance del ejercicio anterior y dar a conocer nuevos objetivos. El pasado 12 de enero el tema de la reunión fue el incesante aumento de peso de los automóviles nuevos y sus consecuencias.
En los últimos años se ha hablado mucho de ello porque la tendencia del mercado es clara: los coches son más pesados que nunca y a algunos fabricantes se les está yendo de las manos esta cuestión. Es algo que afecta a absolutamente todos los modelos, incluso a los que tradicionalmente han sido pesos pluma y de todas las marcas. En un promedio son un 33 % más pesados , y en los más robustos de alta gama, por ejemplo, un GMC Hummer EV pesa más de 9.000 libras (4.080 kg), en lugar de las 6.000 libras (2.700 kg) que debería pesar su equivalente con motor térmico.
El sobrepeso de los cero emisiones no es ningún secreto, pero yendo más allá ha relacionado otra cuestión con el riesgo de lesiones graves y muertes para todos los usuarios de ruta a causa del aumento del peso, el tamaño, la potencia y el rendimiento. Eso tiene un impacto significativo en la seguridad de todos los usuarios, sobre todo cuando salen a la ruta. La crisis climática versus la seguridad , ese es el desafío de las automotrices a superar.
Es una verdad incómoda , pero que los organismos de seguridad más importantes del planeta no se han mordido la lengua en revelar, poniendo sobre la mesa una de las consecuencias negativas que tiene la reducción de emisiones a través de la movilidad eléctrica.
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