La industria automotriz ajusta su calendario. Hace poco miraba hacia

el futuro lejano en la feria de electrónica CES en Las Vegas. Ahora
retorna al aquí y ahora en el Motorshow de Detroit. Del hightech se
pasa al heavy metal. El salón del automóvil más importante de Estados Unidos, que abre sus puertas al público entre el 20 y el 28 de enero, muestra antes que nada pesos pesados, autos nuevos con tecnología vieja. Pero eso es lo que mejor
se vende en los Estados Unidos.
[gallery ids="56951,56953,56955,56957,56959,56961,56963,56965,56967"]
Desde la perspectiva internacional llega a Detroit el Mercedes Clase
G, que efectivamente experimenta un cambio de generación a 39 años de
su salida al mercado. Trata de atraer a los compradores con más
confort y control. Aún con 170 kg menos, sigue pesando más de
dos toneladas. Pero para Chevrolet y Ram resulta una liviandad.
Estas dos marcas estadounidenses presentaron sus nuevas pickups
fullsize. La Silverado y la Ram 1500 son la Nº 2 y Nº 3
del segmento más importante del mercado estadounidense. Pueden
parecer anacrónicos pero no son inmunes a la innovación. El
Chevrolet se ofrece por primera vez en versión diesel, algo que Ram
ya ha hecho hace tiempo. Y el líder del segmento, la Ford F-150,
llega al Motorshow con autoencendido y una eficiencia de consumo muy
mejorada, según anunció la automotriz.
Pero el mayor potencial de ahorro lo ofrece Ford con la nueva Ranger,
que vuelve al mercado estadounidense después de una larga ausencia.
Como hermano menor de la F-150 promueve la racionalidad de lo
pequeño. Sin embargo, con cinco metros no es un vehículo pequeño.
Autos grandes para distancias grandes
No es un argumento difícil de explicar en los Estados Unidos. Y, como en el resto del mundo, gran parte de los conductores aspiran al SUV. En este campo se podrán ver
algunas novedades interesantes en Detroit. Lexus muestra, con su
estudio LF-1, una primera visión de lo que será el sucesor del RX en
el segmento superior. Fort saca músculo con el Edge motorizado con
246 kW/335 CV en su variante ST. Y BMW lleva al otro extremo del
X2, por primera vez en Detroit, para cubrir el hueco entre el X1 y el X3.
Pero también en el mercado de los SUV existe una tendencia a mostrar
un carácter fuerte y tradicional. No sólo el Clase G se mantiene en
ese estilo, sino que también estudios de diseño como el Nissan
Xmotion se exhiben rústicos.
Junto a las pickups y los todoterreno también llaman la atención
algunas berlinas. Entre ellas un Volkswagen Jetta novísimo y bastante
madurado, que ya no se comercializará en Europa. Y el Audi A7, que
tiene su estreno en Detroit. Pero más importantes para el mercado
estadounidense son el Toyota Avalon, que domina en el segmento de los
sedán junto a su hermano menor, el Camry. Y también el Kia Forte, que
no se consigue en Europa.
Más allá de etas novedades bastante terrenales es infructuoso buscar
modelos especialmente innovadores. Pero hay algunas propuestas
atractivas, como el Infiniti Q Inspiration Concept. Y para los que
les gusta apretar el acelerador estará el Mercedes-AMG con un nuevo
motor de seis cilindros de 320 kW/435 CV. Quien busque diversión al
volante por -comparativamente- poco dinero, encontrará al Mini
reformulado o bien con la segunda edición del Hyundai Veloster.
Las propuestas innovadoras no son la característica en Detroit. Pero
los modelos que allí se presentan encontrarán numerosos compradores.
Porque el mercado estadounidense no es tan ecológico y futurista como
parecía mostrar la CES en Las Vegas. Cuando se abandonan los estados
costeros cuesta encontrar un Tesla o un Prius híbrido en calles y
rutas. El país de los granjeros y cowboys se corresponde más a la
imagen del Motorshow de Detroir: heavy metal.
Comentarios